"El desafío es estacionar el barco en el muelle", graficó el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y amplió el diccionario de eufemismos oficiales para explicar las medidas de control de capitales decretadas por el presidente Mauricio Macri. Mientras el Gobierno baila sobre la cubierta del Titanic económico que generó, Lacunza confesó que las medidas son "incómodas" y no corresponden a "un país normal" e intentó calmar a los ahorristas: "Las reservas alcanzan para todas las demandas potenciales". El ministro confió en evitar el naufragio, pero canceló la conferencia de prensa prevista para esta mañana y se refugió junto a todo el Gabinete en la Casa Rosada a la espera de la apertura de los mercados.
"La Argentina parece un círculo en el que cada tanto se vuelve al mismo puerto. Este no es el puerto que soñamos. Durante este Gobierno se trabajó mucho en la sala de máquinas de ese barco, pero nos faltó el salón comedor y ese es el mensaje de las urnas", dibujó Lacunza una defensa de la gestión Cambiemos, que trajo ecos del "crecimiento invisible" que Macri pronunció en la apertura de sesiones de 2018.
El ministro, en entrevistas a América y El Trece, reconoció que las medidas van en contra de la ortodoxia liberal con la que Macri prometió "lluvia de inversiones" y bajar la inflación. "No son medidas típicas de un país normal, y son incómodas para nosotros", admitió el titular de Hacienda.
Sin embargo, Lacunza envió un mensaje para los cambiemitas que pudieran sentirse traicionados: "Si no las hacemos, y el tipo de cambio sube, las consecuencias son peores porque suben la inflación y la pobreza, y aumenta la inequidad". Un año atrás, Macri había hecho una confensión similar: "Tengo que estar tranquilo porque si me vuelvo loco les puedo hacer daño" .
Lacunza reconoció que pese a las medidas de urgencia que el Gobierno está tomando tras el "palazo" recibido en las PASO, persiste una "crisis de confianza", "una incertidumbre", por lo que intentó enviar un mensaje a los ahorristas: "las reservas alcanzan para todas las demandas potenciales" y les aseguró a los depositantes que "tienen derecho a disponer" de su dinero.
El ministro había convocado una conferencia de prensa a las 9 de la mañana en el Ministerio de Hacienda para repasar el decreto emitido en la previa del superclásico y a la espera de la apertura de los mercados. Sin embargo, con el dólar a 65 pesos en las bancas online antes de las 10, Lacunza reperfiló su agenda, canceló la conferencia y cruzó a la Casa Rosada para seguir la jornada financiera junto a todo el Gabinete.
Horas antes, en el navegar televisivo, Lacunza intentó otra metáfora para quienes no hubiesen comprendido la idea del barco en medio de "la tormenta" tan reiterada por el Presidente. "Esto es como una familia que se queda sin crédito y el padre de familia tiene que cubrir la comida de los chicos, las zapatillas y el pago de la cuota del crédito de algo que compró. La comida de los chicos son los depósitos, las zapatillas el tipo de cambio, y la cuota del crédito tiene que esperar".
El ministro reconoció también que "puede ser que aparezca un tipo de cambio paralelo". Respecto del FMI —que analizaba las medidas del Gobierno para aprobar el último desembolso—, aseguró que se "comunicó telefónicamente" para explicarle al organismo internacional los "fundamentos" de las decisiones.