“Estoy tranquilo”. Esa fue la única definición del presidente Mauricio Macri sobre el control cambiario que decretó el fin de semana para frenar la fuga de divisas que antes promovió. Lejos de informar a los argentinos acerca de la restricción a la compra de dólares y liquidación inmediata obligatoria a los exportadores, Macri no ofreció una conferencia de prensa y respondió una sola pregunta de los periodistas a la salida de la reunión de Gabinete.
La reunión comenzó a las 10.30 y estuvieron presentes el ministro de Economía y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, quienes detallaron ante el Gabinete las medidas comunicadas ayer. Al salir, los periodistas le preguntaron al mandatario cómo estaba, y él respondió "tranquilo" y siguió su marcha. Macri sólo envió al Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, a hablar con los periodistas acreditados en Casa Rosada. Lacunza aseguró que se trató de "una decisión de todo el equipo de gobierno" y evitó responder si tuvo que "convencer" al mandatario, un fiel detractor de la política de restricción de divisas.
Por decreto , el mandatario estableció ayer un límite para la compra de divisas hasta 10 mil dólares mensuales para atesoramiento. La medida incluyó también un bloqueo a la remisión al exterior de las ganancias de las empresas y la obligación de las exportadoras a liquidar los dólares de sus operaciones en un plazo de hasta 5 días hábiles.
El FMI ya analiza las decisiones del mandatario entorno a la vuelta del cepo. La entidad todavía debe definir si aprueba el desembolso de 5.400 millones de dólares en el marco del actual acuerdo stand by. "Nos comunicamos con el FMI y con los economistas de la oposición. Escuchamos propuestas, son bienvenidas", aclaró también Lacunza sobre las últimas reuniones que mantuvo desde que asumió su cargo en medio de la corrida cambiaria.