Italia, Suecia y Holanda se oponen a un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional. Página/12 confirmó que los tres países europeos expresaron su negativa a validar el próximo tramo del préstamo. Lo hicieron el viernes durante el encuentro excepcional convocado para analizar la crisis argentina en el Directorio del FMI . Consideran que el gobierno de Mauricio Macri viola los términos del programa pactado con el organismo y pretenden esperar al recambio presidencial antes de comprometer más recursos.
La discusión entre las autoridades del prestamista gira alrededor de los 5400 millones de dólares que el organismo debería desembolsar a partir del 15 de septiembre . Ni siquiera está prevista la fecha para la revisión formal que deben realizar los técnicos del Fondo.
Al creciente escepticismo entre los representantes europeos se contrapone la posición de Estados Unidos. El principal accionista del FMI mantiene, por ahora, su respaldo al programa. El Staff del Fondo anticipó a las autoridades el encuentro del viernes que Argentina iba a establecer controles de capitales durante el fin de semana.
El cronograma oficial del FMI establecía que la discusión en el Directorio se concentraría en la economía de Guyana pero, como anticipó PáginaI12 , la evaluación del país caribeño fue opacada por el reporte oral informal realizado por el jefe de la misión, Roberto Cardarelli, que acababa de regresar a Washington desde Buenos Aires. El comunicado oficial se limitó a comentar que “Cardarelli hizo un briefing al directorio sobre los recientes acontecimientos en Argentina, una sesión informativa de carácter informal".
El encendido debate fue más allá. Los técnicos del organismo revelaron que el Banco Central y el Palacio de Hacienda analizaban poner en marcha un esquema de regulaciones cambiarias mientras que al menos tres directores manifestaron su rechazo a habilitar el siguiente tramo del préstamo. Quienes expresan la posición de los países con experiencias traumáticas recientes como Ucrania le recriminan al Fondo la flexibilidad exhibida en el caso argentino.
Aunque cuenta con 189 miembros, la instancia de decisión del FMI está compuesto por 24 directores que desde sus sillas representan a grupos de países. Este diario pudo reconstruir que, en el excepcional convite celebrado el viernes por la tarde para evaluar la profundización de la crisis argentina, las posiciones más duras contra la continuidad de los desembolsos fueron realizadas por los directores de Italia, Suecia y Holanda, aunque son cada vez más los miembros que exponen sus interrogantes. Los tres miembros que representan a un total 29 países y suman el 12,85 por ciento de los votos en el organismo proponen postergar la evaluación del próximo desembolso hasta el recambio presidencial.
Las críticas de los países del norte de Europa representados por los suecos se remontan a los comienzos del programa mientras que el rechazo del directivo holandés no solo expresa las dudas de su país sino también el creciente malestar de países como Ucrania con quien comparte silla en el Directorio del Fondo. Los ucranianos recriminan la flexibilidad exhibida por las autoridades organismo en el caso argentino a diferencia de las férreas exigencias establecidas en su programa.
El viernes quedó en evidencia la incertidumbre y los reparos que genera el rotundo fracaso del programa de financiamiento otorgado al gobierno argentino que la semana pasada defolteó sus pasivos de corto plazo. Devenido en el principal prestamista individual del país, al organismo le corresponden 1 de cada 3 dólares que deberá desembolsar el próximo gobierno durante su mandato . La carga de la deuda puede cambiar si existiera una reestructuración con los acreedores privados y si se concreta la renegociación del acuerdo con el FMI anunciada la semana pasada por el Palacio de Hacienda.
Aunque conocen las dudas que tiene el Directorio del Fondo, los funcionarios argentinos repiten que el ingreso de los 5400 millones de dólares está garantizado. Los recursos deberían ingresar a partir del 15 de septiembre pero la dinámica de los últimos desembolsos revela que la operación suele concretarse, por lo menos, dos semanas después de la fecha prevista debido al proceso burocrático del organismo. El acuerdo Stand-By estableció un esquema de trece desembolsos. Hasta ahora se concretaron cinco transferencias que representan el 78 por ciento de todos los fondos comprometidos, alrededor de 44 mil millones de dólares.
La confianza del gobierno reside en el respaldo de Estados Unidos. Aunque los funcionarios argentinos remarcan el cumplimiento de las metas previstas en el programa de austeridad, las consecuencias de la corrida cambiaria dejaron al descubierto que Argentina no cumple con los criterios para acceder a un “acuerdo Stand-By de acceso excepcional”. Aunque empiezan a brotar las grietas en el seno del FMI, el respaldo estadounidense y su poder de veto mantienen viva la esperanza en el gobierno para recibir los fondos necesarios para cerrar el programa financiero.