Cuatro de cada diez inquilinos porteños tienen dificultades para pagar el alquiler, mientras que el pago de las expensas se convirtió en una de las principales causas para que los arrendatarios finalicen anticipadamente los contratos. Los datos surgen de un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, que consignó que en las últimas semanas se registró un incremento de la cantidad de inquilinos que denuncian inconvenientes para afrontar el pago del alquiler de sus viviendas.
Según el relevamiento del organismo estatal, la dificultad para sostener el alquiler, formuladas por inquilinos ante el Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo, viene creciendo sostenidamente desde hace un año y medio.
Mientras en marzo de 2018 dos de cada diez inquilinos se presentaban para consultar por este tema, en agosto de este año esa cifra creció a cuatro de cada diez (41,22 por ciento).
El formato más común que toma esta preocupación, que abarca a uno de cada tres inquilinos, es la rescisión anticipada del contrato.
"La necesidad de rescindir tiene que ver con situaciones inesperadas como la pérdida del empleo o con el deterioro del poder adquisitivo que, sumado al aumento del alquiler, les impide mantener niveles elementales de consumo", explicó Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos.
Quienes están en esta situación buscan una salida cambiando comodidad por precio ya que "se mudan a departamentos más chicos o alejados, o alquilan una habitación en una vivienda familiar o en un hotel", señaló el funcionario.