La implantación del cepo cambiario por parte del Gobierno vino acompañada por mensajes esperanzados del Ministro de Hacienda. En su conferencia de prensa del lunes por la tarde , Hernán Lacunza intentó la quimera de transmitir tranquilidad a los ahorristas argentinos, que no tienen en la memoria precisamente un historial que llame a la calma. En rigor, buena parte del elenco macrista intenta dar la imagen de que la crisis está bajo control, aunque al final del día se conoció el preocupante dato de la evaporación de otros 954 millones de dólares de las reservas y el resurgimiento del dólar blue.
Quizás por ese preocupante panorama, Joaquín Morales Solá quiso aportarle al Gobierno un dato de color como para intentar disuadir a quienes están acudiendo en masa a los bancos para recuperar sus dólares. En su programa Desde El Llano (TN), el periodista comenzó con la razonable advertencia de que muchos están saliendo con dinero en sus bolsillos y carteras a calles que no se distinguen por su seguridad. Pero luego afirmó que si los bancos se quedan con el dinero de los ahorristas “por lo menos les dan un bono a cinco años, los ladrones no lo devuelven nunca”. Y luego decidió reavivar atávicas desconfianzas de la clase alta introduciendo un temor aún más preocupante, una razón de peso para que el público renueve su confianza en el Gobierno e interrumpa la corrida: “Es preferible tener los dólares en una caja de ahorro que tenerlos en algún lugar escondido de la casa y que algún día alguien se entere, una mucama, un chofer, un taxista, lo que fuere, y lo distribuye, y termina en manos de un ladrón”. Porque si los argumentos oficiales no son confiables, nunca viene mal una buena dosis de paranoia.