La crisis económica y social golpea con fuerza en los barrios más postergados de la ciudad, donde aseguran que "la demanda por un plato de comida crece más que la inflación". Frente a la situación financiera nacional, surge un triste dato local: desde abril, "se duplicó" el pedido de alimentos en las zonas más necesitadas. Referentes barriales plantean que a pesar de todo, la gente se organiza para paliar la realidad. Ante el desempleo, las ferias crecen como una alternativa para los gastos del día de las familias; mientras que los comedores comunitarios y las copas de leche siguen al tope y con listas de espera. La titular de Desarrollo Social, Laura Capilla, también planteó que más familias piden asistencia al Estado municipal.

Default, cepo, devaluación y suba del dólar son solo algunos de los términos que ocuparon las noticias de las últimas semanas. "Todo eso se traduce en los barrios con una situación muy dura, porque se complica cada día; sin embargo, la gente, en este contexto que viene viviendo hace más de tres años, no pierde la capacidad de organización, no se resigna", dijo Facundo Peralta, de la organización Causa, que está presente en las barriadas más alejadas de los bulevares. "La gente, lo único que sabe de todo eso es que no tiene plata para comprar la comida", resumió Alejandra Fedele, referente barrial del Movimiento Evita.

"Aparecen muchas cosas que aparecían, por ejemplo, en 2001: los vecinos armaron ferias para paliar esta situación. En las familias que antes había un trabajo precario e informal, hoy no tienen laburo, y son las pibas las que se pusieron al frente de estas ferias", relató Peralta. "Lo que ganan les alcanza para la comida de un día. En el imaginario está que la gente de estos sectores come con menos plata que en los sectores medios; pero no es así. En estos lugares se vive el día a día. Son 400 o 500 mangos por día".

Los comedores y merenderos, en tanto, siguen siendo el espacio que permite asegurar una de las comidas del día. Fedele agregó que ese aporte muchas veces "no alcanza: las compañeras en los barrios tienen gente en listas de espera, porque cada vez hay más demanda. De Nación tampoco le mandan al Estado provincial. En las escuelas, los chicos tienen una comida diaria, entonces lo que se busca es concentrarnos en los comedores comunitarios los fines de semana. Pero no hay posibilidad de cubrir todo. Nosotros sabemos que hay gente que no come más que una vez al día, de lo que salen a buscar".

Según contó Peralta, las estrategias van surgiendo. "Se han hecho ollas populares que funcionaron durante algunos meses, un día a la semana, durante el invierno. Eso se complementa con algún bolsón, la copa de leche que les damos, la ración de algún comedor. Pasa que la demanda crece mucho más que la inflación, va mucho más acelerada que los números y datos que nos muestran por televisión. La realidad está más allá de las cifras", aseguró.

En ese contexto, el referente dijo que "desde abril a esta parte, la demanda de comida se duplicó en todos los barrios donde nosotros estamos. Si bien hay ayudas del Estado, no llega a cubrir las necesidades". Para Fedele, el gobierno nacional "reventó un tejido social".

En tanto, otra de las movidas que se prepara para el 18 de septiembre, a las 10, en la plaza San Martín, es un encuentro con jóvenes de la provincia, para fomentar el programa Nueva Oportunidad, que capacita a personas de entre 16 y 30 años. "En el marco del Día de las Juventudes se hará una actividad en la plaza San Martín. También se trabaja en un proyecto para que el programa se convierta en ley", indicó Peralta.