Desde Brasilia
Volviendo a sus raíces. Jair Bolsonaro reivindicó al dictador Augusto Pinochet, de quien es un antiguo admirador , como forma de agraviar a la Alta Comisionada de Derechos de la ONU Michelle Bachelet.
Electa dos veces presidenta de Chile en los comicios limpios de 2006 y 2014, Bachelet es hija del general brigadier de la Aeronáutica, Carlos Bachelet, fallecido en 1974 debido a las torturas sufridas en un presidio del régimen por oponerse al golpe que derrocó a Salvador Allende.
"Señora Michelle bachelet si no fuera por la gente de Pinochet que derrotó a la izquierda en el 73, éntre ellos a su padre, hoy Chile sería Cuba, creo que no necesito decir nada más", provocó el capitán retirado del ejército.
Bachelet "me acusa de que yo no puno a los policías que están matando mucha gente en Brasil, ésa es su acusación, en realidad ella defiende los derechos humanos de los vagabundos".
"Cuando la gente no tiene que hacer va a ocupar el sillón de los derechos humanos de la ONU".
Bolsonaro habló en la mañana de este miércoles con frases entrecortadamente castrenses, hilvanadas con alguna sonrisa burlona, en el acceso al Palacio de Alvorada, la mansión oficial donde reside desde enero cuando asumió la presidencia luego de elecciones de octubre de 2018 eturbiadas por las fake news y la proscripción de Luiz Inácio Lula da Silva.
Un par de horas antes, en Ginebra, Bachelet había manifestado su "preocupación" ante la degradación democrática brasileña en sólo ocho meses de bolsonarismo.
Se refirió en general a los elogios del ex capitán a la dictadura brasileña en los que hay una "negación de los crímenes de Estado" que contribuye a la "impunidad y reforzar el mensaje de que los agentes del Estado están encima de la ley".
El 31 de marzo pasado Bolsonaro ordenó por primera vez en años la conmemoración del golpe de 1964 que destituyó al presidente constitucional Joao Goulart y hace un mes recibió en el Palacio del Planalto a la viuda del torturador más emblemático del régimen, el coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, una de cuyas víctimas fue la presa política Dilma Rousseff.
Al parecer no se conforma con exaltar las dictaduras : se regodea con el recuerdo de los torturados, en este caso el brigadier chileno Bachelet, y los represores más viciados en sangre como el brasileño Ustra.
El culto a Pinochet ha marcado la biografía de Bolsonaro: en las últimas décadas, como diputado o como agitador en actos de la ultraderecha, repitió que el gobierno militar brasileño tendría que haber imitado al andino y en 2006 se presentó ante la Cancillería para exigir el envio de un telegrama de condolencias por la muerte del dictador, pedido que fue rechazado.
En una segunda embestida contra Bachelet, Bolsonaro colgó hoy cerca del mediodía en las redes sociales un mensaje que la vinculó al presidente francés Emmanuel Macron (tema que había comenzado a desarrollar por la mañana).
Aquí el argumento (por demás imaginativo) plantea que Bachelet y Macron serían parte de una conspiración .
Vale recordar que en las últimas semanas el brasileño insultó más de una vez al francés en respuesta a las denuncias de éste sobre las quemadas en la Amazonia y su impacto en el ecosistema global.
El presidente de Chile, el conservador Sebastián Piñera, se refirió al tema con crìticas tanto para Bolsonaro como para Bachelet, buscando parecer equidistante. "No comparto en absoluto la alusión hecha por el presidente Bolsonaro respecto a una ex presidenta de Chile y, especialmente, en un tema tan doloroso como la muerte de su padre, dijo, por un lado”. Por el otro, agregó: “las declaraciones emitidas por la Alta Comisionada deben ser debidamente justificadas con los antecedentes y las videncias que corresponden, las que no fueron públicamente acompañadas en esta ocasión".
Posiblemente lo que hizo hoy Bolsonaro sea una maniobra anticipatoria de su viaje a la Asamblea de Naciones Unidas dentro de dos semanas cuando prometió pronunciar un discurso "patriótico" contra los "extranjeros" que quieren "lotear" la floresta y exageran la gravedad de la deforestación.
No la tendrá fácil. La credibilidad de Bolsonaro vale casi nada y para buena parte de la opinión pública mundial sus decisiones políticas indican que es indiferente - sino cómplice - de los delincuentes que prendieron fuego cientos de miles de hectáreas en la Amazonia. Todo indica que Bolsonaro está dispuesto presentarse como el más incendiario de los líderes mundiales, ya sea agrediendo a personalidades prestigiosas como Bachelet y burlándose de los datos de la realidad. Corre el riesgo de acabar como un bonzo.
Bolsonaro y su defensa a Pinochet
El ex capitán de reserva del ejército brasileño no sólo tiene elogios para la dictadura brasileña. En 2015, en un programa de televisión, Bolsonaro aseguró que "Pinochet hizo lo que tenía que hacer…Tenía que actuar de forma violenta para recuperar a su país", planteó al defender la dictadura de 1964.
Los chilenos no se olvidaron de sus dichos y, en su primera visita como mandatario a ese país, en marzo de este año, organizaron una masiva protesta en su contra. En el marco de la cumbre del Prosur, familiares de víctimas de Pinochet marcharon en Santiago con carteles que decían "Bolsonaro fascista". Previamente, la oposición presentó un proyecto político para que el ultraderechista sea declarado "persona non grata".
"Las cosas que Bolsonaro ha dicho sobre Pinochet; las cosas que ha dicho de que le parece que en algunas dictaduras el problema fue que no se mató suficiente gente; las alabanzas que hizo del dictador Stroessner, del Paraguay, uno de los personajes más repulsivos de la historia de América Latina…que alabe a un torturador porque torturó a una ex presidenta del Brasil… no son cosas de poca importancia", dijo por entonces el excanciller y exembajador del gobierno de Michelle Bachelet ante Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés.
A su llegada a Chile, sin embargo, el presidente brasileño afirmó: "Aquí no vine a hablar de Pinochet."