En Tierra del Fuego hablamos de Provincia Grande cuando nos referimos a nuestra provincia, ya que tenemos siempre presente que nuestro territorio incluye no solo a la Isla Grande de Tierra del Fuego sino también al Sector Antártico Argentino, las Islas Malvinas y al resto de las Islas del Atlántico Sur. Somos, así, la provincia más grande, con una gran plataforma marítima, la menos poblada y también la más joven de toda la nación, creada por ley nacional hace menos de tres décadas. Quizás por eso fuimos la última provincia en tener su Universidad Nacional, la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur-tal el nombre completo- que deja en claro la proyección antártica y sur atlántica de toda la región austral.
Nuestra historia local estuvo marcada inicialmente por el genocidio de los pueblos originarios y, luego, por tener en su tierra al presidio, que se caracterizó por su extrema seguridad y por el trato inhumano propiciado hacia sus internos.
El crecimiento poblacional y económico local estuvo vinculado directamente con el presidio, que fue cerrado en el año 1947, bajo la presidencia del General Perón. A partir del cierre, se produjo un estancamiento económico y poblacional, hasta que, en el año 1972, con la implementación de la ley 19640 -que fijaba beneficios para la población y las empresas- se produjo un crecimiento muy significativo, no sólo en Ushuaia sino también en la ciudad de Río Grande. Además, se fundó Tolhuin, un pueblo -hoy ciudad- ubicado en el corazón de la isla. En el año 1990 se provincializó nuestro territorio.
En el año 2009, hace 10 años, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, se creó la UNTDF. Hasta ese momento, Tierra del Fuego era la única provincia que no contaba con una Universidad Nacional. La UNTDF vino a cubrir una imperiosa necesidad en una zona del país donde la juventud, de querer proseguir sus estudios, no tenía más opción que emigrar.
La misión de nuestra Casa de Estudios no puede, sin embargo, limitarse a retener población. Nuestro ideario se sostiene en el objetivo de Universidad popular. Esto implica evitar caer en el modelo de una comunidad académica altanera, irrisoriamente aislada de la realidad que la circunda. La Universidad debe ser parte promotora de la justicia social, desde su lugar de generadora de conocimientos relevantes para lograr procesos de crecimiento y desarrollo a largo plazo, con inclusión en el fortalecimiento del Estado.
Desde ya, la Universidad tiene también que cumplir un rol muy importante en las ciencias. Pero, aún en este campo, las implicancias sociales son fundamentales, como ejemplifica el rol que les cabe a las ciencias ambientales frente a la emergencia climática y ecológica que vive el planeta. Se integra así interdisciplinariamente la producción y el uso del conocimiento, tal como previeron las primeras Casas de Altos Estudios siglos atrás.
En la etapa que le espera a nuestro país, que va a ser signada por una nueva y trabajosa recuperación de un proceso de endeudamiento estatal, fuga masiva de riquezas y baja del salario popular, será fundamental el rol de las universidades para generar aprendizaje y conciencia sobre cómo lograr la emancipación popular junto a formas de organización.
Juan José Castelucci: Rector de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.