El fiscal Federico Delgado pidió citar como testigos a Cristina Fernández de Kirchner y al ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, para que den precisiones sobre una conversación registrada en una escucha telefónica en la que atribuyen “sobornos” en la causa AMIA y “carpetazos” contra jueces y fiscales al ex espía Antonio Horacio Stiuso. La denuncia fue realizada por el fiscal Guillermo Marijuan en base a la misma escucha por la que pidió que se investigue si el gobierno anterior “armó” expedientes contra el ex jefe de operaciones de la ex Side. Pero en este caso, Marijuan plantea la presunta omisión de denunciar un delito por parte de la ex mandataria y su funcionario de confianza. 

Las escuchas corresponden a una tanda que comenzó en junio del año pasado, cuando por orden del juez Ariel Lijo fueron intervenidos los teléfonos de Parrilli en una causa en la que buscaba dilucidar si había dado protección al narco Ibar Pérez Corradi, cuando estaba prófugo  y se lo buscaba por el triple Crimen de General Rodríguez y por tráfico de efedrina. Parte de esas conversaciones se filtraron a los medios. Lo curioso es que cuando la intervención telefónica comenzó Pérez Corradi ya había sido detenido, y para colmo la escucha se hizo “on-line”, lo que implica que había un agente escuchando en directo los diálogos, algo reservado a los casos que requieren actuar rápido, como los secuestros. Las pinchaduras se hicieron en la Dirección de interceptaciones de la Corte Suprema pero las instrumentó la AFI.

Por aquellos días Stiuso había dado una entrevista al diario La Nación en la que cuestionaba a la ex presidenta y al kirchnerismo. Por eso CFK y Oscar Parrilli hacen alusiones a lo que allí había dicho el ex agente. Faltaba poco para el aniversario del atentado a la AMIA, y la ex presidenta se pregunta cómo podía ser que si el espía estaba hablando de que “todos los gobiernos sobornaron jueces, ocultaron prueba”, “ningún fiscal” o “ningún juez lo cite, tengo que pensar que los carpetazos son de él”;  Parrilli le contesta que “lo de la AMIA es terrorífico y por otro lado él fue el que sobornó, si él estuvo a cargo de toda la investigación”.

Delgado dice en su dictamen que la salida “fácil” para él, sería llamarlos a indagatoria si diera por sentado que omitieron denunciar delitos. “También está la salida `seria´: tratar de conocer lo que pasó (…) traducido: hay que preguntarles más”. Recién después, dice el fiscal definiría si se inclina por pensar que son “responsables de un hecho” o “víctimas”.

Delgado también está a cargo de la causa en la que Parrilli denunció filtraciones de sus conversaciones privadas, hecho del que se despegan tanto la Corte como el juez Lijo. Pero una de las conversaciones que trascendieron, en la que Parrilli y su ex número dos, Juan Martín Mena, hablan del juez Sebastián Casanello y el ex titular de la AFI dice que es “presionable”, no es de la causa sobre el presunto encubrimiento de Pérez Corradi sino que, según pudo saber este diario, es de un expediente que tuvo a cargo de María Servini de Cubría, organizado en una “precausa” de la AFI, o sea una de esas investigaciones que abren para ve si encuentra algo, pero la jueza había ordenado destruir las grabaciones el año pasado. Su difusión reveló que alguien las guardó.