Desde Londres
Boris Johnson propuso elecciones anticipadas el 15 de octubre, pero el líder del laborismo, Jeremy Corbyn, le dijo que por ahora no. El primer ministro no quería una ley que impida la salida del Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo, pero la Cámara de los Comunes la aprobó y ahora solo queda la de los lores para que Johnson tenga que ir a pedir a Bruselas una prórroga de la salida del bloque hasta el 31 de enero de 2020.
La expulsión de los 21 conservadores que votaron el martes en contra del gobierno no sirvió de nada. Los diputados disidentes votaron a favor del proyecto de ley que propuso la oposición para que el Reino Unido solo salga de la Unión Europea si hay un acuerdo con el bloque. La diferencia fue incluso mayor que el martes por la noche cuando el parlamento capturó por el voto el manejo de la agenda: 327 a 299 contra 328-301. Entre los disidentes Tories se encontraban el nieto de Winston Churchill, Nicholas Soames, y el "father of the house" (diputado más veterano de la Cámara), Ken Clarke, ex ministro de varias carteras con Margaret Thatcher y John Major. Ambos fueron expulsados sin miramientos.
Perdido por perdido Johnson sacó la carta de la elección anticipada. “La única salida es una elección que determine si yo o el líder de la oposición va a Bruselas el 17 de octubre para llegar a un acuerdo. Sabemos el acuerdo que quiere el líder de la oposición: el acuerdo que le diga la Unión Europea. En mi caso negociaré un acuerdo, pero si no lo logro, el país saldrá de la Unión Europea el 31 de octubre”, dijo Johnson.
En su respuesta Jeremy Corbyn repitió lo que ya había dicho en la sesión del martes a la noche. “El primer ministro dice que tiene una estrategia con la Unión Europea. El problema es que no puede decir cuál es. La Unión Europea no tiene ni noticias de esa estrategia y tampoco lo sabe el parlamento. Y no lo sabemos porque la única estrategia que tiene es salir de la Unión Europea sin acuerdo para terminar en los brazos de Donald Trump con “America first” y el Reino Unido segundo lejos. La oferta que hace de una elección es como la de la manzana que de la Reina a Blancanieves porque lo que está ofreciendo no es una manzana o una elección sino el veneno de una salida sin acuerdo”, dijo Corbyn.
Boris Johnson necesitaba el apoyo de dos terceras partes de la Cámara de los Comunes – 434 diputados. Solo obtuvo los 298 votos de los conservadores, con 56 en contra. En una muestra inusual de unidad, el laborismo siguió disciplinadamente la estrategia de Corbyn y se abstuvo.
La reunión del 17 de octubre del Consejo Europeo es la clave. La prisa de Johnson por tener elecciones antes de esa fecha se debe a que si el proyecto de ley se aprueba en los lores, tendrá que ir a Bruselas a solicitar una prórroga de la salida de la UE hasta el 31 de enero de 2020: absoluta humillación para un político que viene repitiendo desde que asumió a fines de julio que el Reino Unido saldrá del bloque el 31 de octubre “do or die” (cueste lo que cueste, con o sin acuerdo)
La Cámara de los Lores es la última posibilidad que tiene Johnson de detener esta ley. La mayoría está a favor del proyecto, pero a diferencia de los Comunes, los Lores pueden debatir indefinidamente un proyecto de ley. Para evitarlo, la lideresa Laborista Angela Smith presentó una moción para que haya un claro límite temporal para la votación, el viernes a las cinco de la tarde, "tea time".
Los conservadores en los lores se han embarcado en una guerra de guerrillas llamada filibusterismo que consiste en usar todo tipo de tácticas dilatorias para evitar la aprobación de un proyecto. Este miércoles presentaron más de 100 enmiendas a la moción de Smith.
En teoría los lores pueden debatir y votar cada enmienda dos veces. Pero las reglas son tan arcanas y esotéricas que algunos especialistas alertan que si la sesión de la Cámara no se pospone por una decisión de los mismos lores, el debate sigue tomando formalmente lugar ese mismo día, aunque pase una semana. Si ningún otro arcano precedente anula este, la misma suspensión del parlamento que buscó Johnson podría quedar en el aire en una eternidad digna de un cuento de Borges (El milagro secreto, digamos).
Nadie da nada por cierto. ¿Habrá elecciones? Muy posible, casi inevitable, pero sin una fecha cierta y también sin garantías, porque el mismo parlamento está dividido al respecto. ¿Se aprobará a tiempo el proyecto de ley o se empantanará en los Lores? Se supone que la racionalidad se impondrá, pero tampoco nadie puede asegurarlo. ¿Saldrá el Reino Unido de la UE el 31 de octubre? Hagan apuestas. En esta feria del Brexit los británicos han mostrado que todo es posible.