Las preocupaciones que despierta la crisis argentina en Washington son contagiosas. A las dudas del Fondo Monetario Internacional se sumaron los interrogantes del Banco Mundial. El directorio del organismo multilateral mantuvo el martes una reunión excepcional para analizar el profundo deterioro económico y social del país así como las medidas anunciadas por el gobierno de Mauricio Macri. El crédito de 500 millones de dólares que todavía deben confirmar las autoridades del banco no fue evaluado durante el encuentro informal que mantuvieron los directivos. La grieta emergente al interior del Directorio del FMI, donde los representantes de algunos países europeos como Italia, Holanda y Suecia se oponen a un nuevo desembolso, todavía no alcanzó las mismas dimensiones en el Banco Mundial.
“La revisión del acuerdo por parte de los equipos técnicos del FMI va a realizarse. En los próximos días anunciaremos si vamos nosotros o si vienen ellos. Nosotros cumplimos”, aseguraron a este diario desde el Palacio de Hacienda. Unos 5400 millones de dólares correspondientes al sexto tramo del crédito pactado con el organismo deberían estar disponibles a partir de mediados de septiembre. La dinámica de los últimos desembolsos muestra que esas operaciones suelen concretarse, por lo menos, dos semanas después de la fecha prevista debido al proceso burocrático. Además de la evaluación de la misión la llegada de los fondos está condicionada al visto bueno del Directorio del FMI donde, como reveló PáginaI12, existe un grupo de países europeos que buscan distanciarse del rotundo fracaso del programa argentino y pretenden esperar al recambio presidencial antes de comprometer más recursos.
En la cartera que encabeza Hernán Lacunza repiten que Argentina cumplió con las metas de ajuste fiscal y ahogo monetario necesarias para habilitar el próximo tramo del crédito pero no ignoran la creciente resistencia al interior del FMI. Los funcionarios aseguran que el desembolso se concretará pero igualmente abren el paraguas: “La llegada del desembolso no es una necesidad inmediata. Está contemplada dentro del programa financiero anual”, indican desde Hacienda al referirse a los plazos para el sexto tramo del acuerdo que completaría el desembolso del 88 por ciento de los 56.000 millones de dólares comprometidos por el Fondo.
El gobierno argentino se abraza al respaldo que suministró el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para acceder al programa más grande de la historia del FMI ante el rechazo que exhiben ahora sin reparos los europeos. El respaldo norteamericano será fundamental para garantizar la llegada de los recursos pero antes de llegar a la discusión en el directorio, el Staff deberá apelar a la creatividad narrativa de sus miembros si pretende demostrar que Argentina cumple con los criterios necesarios para acceder a un “acuerdo Stand-By de acceso excepcional”.
La debacle económica, el deterioro social, el salto en el tipo de cambio, la fuga de capitales, la merma en las reservas, el default de los títulos de corto plazo, los recientes controles cambiarios y el deterioro social exacerbados desde el 11 de agosto son solo algunos de los elementos que dificultarán a los técnicos del FMI asegurar, por ejemplo, que la deuda argentina es “sostenible aunque no con alta probabilidad” y que el país exhibe la capacidad para recuperar el acceso mercado.
Enfrente del cuartel del FMI se ubican las oficinas del Banco Mundial. Los directores del organismo mantuvieron el martes un encuentro excepcional donde escucharon atentos la presentación sobre “la situación argentina” ofrecida por Axel van Trotsenburg, vicepresidente de la entidad América Latina y el Caribe. Las autoridades argentinas pretenden inocular las dudas en el Fondo para evitar que el malestar en el principal acreedor individual del país contagie al Banco Mundial. Esperan que, respaldo estadounidense mediante, no se vea afectada la confirmación del programa por unos 500 millones de dólares denominado Development Policy Loan. La suerte de ese crédito se definirá en los próximos días.