Una pareja gay fue atacada por una banda de violentos en la esquina de Córdoba y Bulnes. El sábado a la madrugada, una patota de siete varones persiguió a la pareja y uno de los agresores le dio una patada en la cara a uno de los jóvenes. “Es bastante indignante que todavía sigan pasando estas cosas en un país donde existen el matrimonio igualitario y otros derechos (para la comunidad LGBT)”, dijo a Página|12 Reyvis Henrríquez, el joven golpeado.
El sábado, cerca de las cuatro de la mañana, Henrríquez y su pareja, Luis Martín, volvían a su casa después de una fiesta en Recoleta. “Íbamos caminando por Córdoba en sentido a Medrano. Estábamos hablando tranquilamente, agarrados de la mano”, recordó el joven. A la altura de Mario Bravo, se dieron cuenta de que un grupo de varones los estaba siguiendo. “Caminaban en fila, con cierta distancia entre ellos y todos con capucha. Nos resultó muy raro”, describió.
La pareja intentó tomar distancia y buscó cruzar la calle en la esquina de Córdoba y Bulnes. Sin embargo, como la luz del semáforo estaba en rojo, no pudieron cruzar y en ese momento “se nos vinieron encima”. Henrríquez se giró para ver dónde estaba la patota y, en ese instante, uno de los integrantes le dio una patada en el ojo. “Yo justo me volteé, pero esa patada iba a la nuca”, afirmó.
Henrríquez contó a este medio que, después del golpe, se tambaleó y, apenas cambió la luz del semáforo, “Luis, mi pareja, me jaló de la mano”. Los dos cruzaron y se quedaron quietos, llorando, en la vereda de enfrente. “Ellos nos estaban insultando, nos gritaban ‘marica’, ‘putos’. Estaban buscando problema”, sostuvo Henrríquez.
Como la pareja se quedó en estado de shock, la patota de violentos comenzó a seguirlos y gritarles mientras se reían. Henrríquez y Martín decidieron salir corriendo. “Tuvimos que ir en sentido contrario, como hacia Agüero, porque ellos se quedaron por el área de Medrano y nos dio miedo ir para ahí”, dijo el joven golpeado. La pareja llamó a una amiga que vive cerca para poder pasar la noche en su departamento.
La tarde del sábado, los jóvenes decidieron ir a hacer la denuncia a la Comisaría N° 5 de la Policía de la Ciudad. Según Henrríquez, al principio los agentes no querían tomarle la denuncia. “Me preguntaban si el golpe era grave, si yo sabía quién era el que me golpeó --contó el joven agredido--. Yo quería hacer la denuncia igual”. Al final, la policía tomó la denuncia, que quedó tipificada como “lesiones leves”.
Para poder identificar a los agresores, los jóvenes pidieron tener acceso a las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona. Pero en la policía les dijeron que sólo podrían solicitar las filmaciones a través de la fiscalía y que tenían que esperar hasta el lunes para hacer el pedido.
“En la fiscalía nos dijeron que en el transcurso de la semana nos iba a llegar la información para poder proceder”, detalló Henrríquez y señaló que llamaron el miércoles a la tarde y “todavía no les había llegado la información". Una vez que cuenten con los aportes de la fiscalía, podrá intervenir la Defensoría LGBT.
El lunes, además, Henrríquez fue al médico para que revisaran su ojo. “Entre el sábado y el domingo no se marcaba tanto --afirmó--. El médico me dijo que no es nada grave más allá del golpe. Va a ir mejorando con el tiempo”.
Henrríquez y Martín se conocieron en Venezuela, de donde ambos son oriundos, y hace tres años viven en Argentina. Ninguno de los dos había sido víctima de una agresión física antes del sábado. “Es la primera vez que nos pasa”, sostuvo Henrríquez, aunque señaló que “la homofobia se expresa de otras maneras, con una palabra o una mirada”.
“Hace falta más concientización de la sociedad para que estas cosas no sigan pasando --afirmó Henrríquez--. Así nos podamos casar y tener otros derechos, todavía nos siguen matando, siguen matando chicas y chicos trans y la gente todavía no se entera. Eso es lo que me indigna, que sigan pasando estas cosas acá”.
Informe: Ludmila Ferrer.