En lo que pareció un pestañeo, Sara Hebe ya lleva 10 años publicando discos y algunos más en la música. La trelewense que supo ser pionera en aquello de mezclar géneros urbanos con hip hop, punk y un contenido disidente, y que acercó la cumbia a los freaks y aportó freakeada a la movida tropical, hoy combate el pesimismo con más baile y reggaetón que nunca, y prepara el que será el show más grande de su carrera: presentará su disco de este año, Politicalpari, el 14 de septiembre en el Estadio Atenas de La Plata. Imparable, además subirá esta tarde su tercer video en un par de meses: el de No te dejes, con Ofelia Fernández en el protagónico, se sumará a los recientes de Ignatia y A.C.A.B., todos cortados de su cuarto disco.

Politicalpari es el álbum más electrónico de su carrera y cuenta con la producción general de Ramiro Jota, su inseparable colaborador desde su primer álbum. Además hay beats, voces y colaboraciones de artistas de lo más diversos: Astroboi (Canarias), King Dou Dou (Francia), El Nahu 666, Sasha Sathya, Edu Morote (Sr. Tomate), Flor Linyera (Kumbia Queers). “El disco anterior es más rockero y este es más electrónico y bailable. Hay gente de la que me sigue desde el principio a la que no le gustó, les pareció banal que con todo lo que está pasando en el mundo yo haga un reggaetón. Pero después vi muchos arrepentidos y arrepentidas cuando escucharon el disco entero y encontraron letras que para ellos si tenían más crítica social.”

Qué define un contenido como social o comprometido es una de las grandes inquietudes que atravesaron a Sara mientras engendraba Politicalpari , un título que de por sí es bastante elocuente y que engloba un concepto que va mucho más allá de la pieza en sí. “Intento ser un poco más política pero no en el sentido explícito y quizás panfletario: quiero hacer poesía. Intento pensar, que es un acto político. Intento salir un poco de la zona del desorden, porque para mí la política es organización, es estrategia, es un juego con reglas y orden, y podrá sonar raro relacionar esto con la poesía pero yo lo hago”, banca la artista.

“Me aburriría muchísimo solo escuchar letras de contenido explícitamente político en este momento. Politicalpari es un juego de palabras: política en tanto organización, y pari como la latinamericanización de party. En que sea una palabra nueva e inventada, con varias lecturas, está lo rico también de la poesía. Y ahí está lo político como invención de espacios nuevos”, dice Sara sobre un nombre que también es un juego casi accidental con el inglés para “partido político”.

 

Para Sara Hebe la fiesta es hoy mas que nunca manifesto, es bandera y es campo de batalla. Una batalla que se vive con alegría. Sin ir más lejos, sus recitales son political paris desde antes de que ella –artista de remeras y banderas– cristalizara la definición: espacios a los que la gente lleva sus reclamos, sus carteles, sus cantos antifascistas y transfeministas. Y ella resuena con su público y también con el contexto social: “Lo importante es estar cada une escribiendo nuestros propios textos; me gusta mucho la multiplicidad y diversidad que hay ahora, en cada canción, en cada producción, en cada fiesta”.

¿La movida actual está reivindicando el baile como hecho político?

--En este momento hay un montón de producciones, de fiestas, de colectivos, de movidas culturales, productores y productoras que tienen como centro el baile, y todas estas producciones tienen un posicionamiento político detrás. Sabemos a qué fiestas vamos, y estas fiestas buscan crear espacios seguros. La fiesta dejó de ser algo vacío aunque también quedan fiestas de club con contenido superfluo donde no podés pasar si estás vestida de tal manera, pero esas no son las fiestas que nos interesan y tampoco creo que tengan que dejar de existir. En este mundo siempre va a haber de todo y sería fascismo pretender que algunas cosas no existan más. Sí creo que lo political en las paris tiene que ver con eliminar la discriminación. Yo soy una obrera de la fiesta, me encanta ir e investigar que está pasando, y me encanta la música nueva que hay.

 

Politicalpari es además un comentario sobre el lenguaje. Y hacer un cuestionamiento sobre el lenguaje evidencia tensiones: de género, de fronteras, de etnias y estructuras de construcción de verdad. En ese momento de su carrera, Sara está obsesionada con lo poético en tanto potencial transformador de las palabras, en cómo una nueva organización del lenguaje puede, precisamente, reorganizar nuestra experiencia en el mundo: cómo concebimos lo que pasa, como luchamos, a qué le damos entidad y a qué no. Todo el disco está atravesado por este cuestionamiento filosófico. Sí, aunque a simple vista parezca cachengue electrónico para la pista.

Pari es más puertorriqueño, es una ironía sobre un antiimperialismo que sería bueno y sano, sobre esa descolonización que todos queremos mientras a su vez usamos cada vez más palabras en inglés. No nos podemos pensar fuera de esta globalización y este capitalismo, así que estamos acá adentro tomando palabras y construyendo un nuevo idioma”, reflexiona. “A su vez, ¿cuántas lenguas se están extinguiendo? Las comunidades originarias están intentando mantenerse y reflotar, por ejemplo las comunidades mapuches en el sur. La lengua es un territorio también, y entonces es muy significativo ver cómo va avanzando la lengua del poder. En ese sentido, como patagónica me pasa que mi identidad es la carencia de identidad, al haber existido la campaña del desierto. Y eso hace a una identidad también. Nos criamos en esa llanura tan profunda y desértica, despojada de su identidad, llena de rasgos nuevos.”

 

El disco también incluye la canción El marginal, cortina de la tan exitosa serie del mismo nombre, que primero tuvo vida por fuera de sus álbumes, sonó en contextos de lo más disímiles y acercó la música de Sara a audiencias totalmente nuevas que fueron invadiendo sus shows. Lo irónico es que en Politicalpari ésta es una de las pocas cumbias que hay, género en el que se solía inscribir a Sara por el enorme éxito de Asado de fa, aunque su música nunca tuvo definición: “Lo que me sirvió para escribir El marginal fue pensar en la cárcel como gran concepto, y qué cárceles tengo yo. No creo en tener que haber pasado por una celda para poder escribir. Me encanta cómo quedó esa cumbia, tiene un montón de teclados de Flor Linyera de Kumbia Queers, que para mí es una gran banda que inventó algo, la cumbia tropical mezclada con el punk. Flor sí que tiene toda la cumbia encima, a ella le enseñó a tocar Pablo Lescano”. Sara sabe que la canción tuvo vida propia: “Me ha pasado de charlar con tacheros y terminar sacándome fotos, ellos que no me conocen ni les importa. Me gusta que suene y que la gente no tenga idea de quién la hizo”.

Otra cumbia del disco es Movimiento Social “El Deseo”, con base de King Dudu, que tiene un poco de los condimentos de siempre: “Punk rock a mi estilo, un poco de reggaetón y un poco de dancehall. Y como siempre, rap”, explica. Hoy tener una visión sincrética, globalizada y mestiza de los géneros urbanos es casi obligatorio si se quiere brillar desde lo independiente, pero cuando Sara empezó a hacerlo, hace diez años atrás , el punk y el reggaetón eran universos irreconciliables y no estaba bien visto que un rapero escuchara cumbia.

 

¿Cómo es entonces la relación con la cumbia, y con los géneros en general, de Sara Hebe? Nunca se definió como una cumbiera por la misma razón por la que ahora tampoco se define solamente como rapera, trapera o reggaetonera: “Cuando empecé, el tema de los géneros era un problema para los raperos pero no creo que para las raperas. No creo que Actitud María Marta se haya puesto a dudar si esto es más rap o más ragga. Esa visión me da más patriarcal. Yo empecé a hacer música desde una precariedad: bajaba instrumentales de internet. Así empecé a hacer la música que podía, que escuchaba y que me cebaba, y empecé con el rap. Y después hice Asado de fa, que fue una cumbia muy a nuestro estilo. Yo soy admiradora de todas las cumbias, y salió esa que se convirtió en algo así como un hit del under.”

Sara Hebe Merino es de Trelew y del ‘83. Cuando era piba no había internet. Escuchaba la música que llegaba en la radio, en la tele, la que sonaba en los autos cuando iba a tomar birra al puente. “Yo escuchaba los Gedes, Beastie Boys, Todos tus Muertos, Actitud María Marta, Nirvana, Charly García, Illya Kuryaki. Me encanta haber nacido acá y haber tenido la cumbia tan cerca: de hecho me gusta mucho más la cumbia argentina villera que la cumbia colombiana.”

Sara se define como “una gran admiradora de todo”. Está cebada con la cantidad de contenido producido por mujeres que hace bailar mientras hace pensar. Es gran admiradora de Sasha Sathya, de la Brava, de La Queen, Macha Kiddo y Morita Vargas, Paz Kumelen, de la Crew Hermanas y Yonkings de La Plata, quienes además son sus amigas, colegas y con quienes se podría decir que conforman una gran escena: chicas que arman movidas autogestivas con un enfoque que se corre del hegemónico y que se toman la fiesta muy en serio. De hecho, así será la Politicalpari del 14 de septiembre: una fiesta fogueada colectivamente, la unión de muchos talentos en función del disfrute.

 

Las puertas del Estadio Atenas estarán abiertas desde las 21, con los dj sets de Miliata, Seda Negra, Mai Niggi y Dj Mote. Y la propuesta es la más ambiciosa de toda la carrera de Sara. Y por lo tanto, obligatoria. Ella nos invita a todes, de corazón: “Tal vez es un poco descabellado pero intentamos descentralizar un poco de capital. Fomentar una mística recitalera. Las visuales, con una súper puesta de pantallas que ocuparán todo el estadio, serán de Marcelo Enriquez, con videoclips editados en vivo y animando collages digitales del fanzine La Ponzoña no fun zine, un fanzine muy punki de Pompeya. El mejor sonido y las mejores luces, bailarines amigues, circo, el show más grande de la carrera de esta crew”.