"Necesito buenas noticias, sorprendeme", le pide Ana Saco a Isaías Saracho, mirando a cámara. "Sí, algo soñado, deseado, solo de buenas noticias, ¿te parece?", le responde él. "Parece un juego, ¿no?", se asombra ella. "Buenas noticias para compartir en familia y con el otro", agrega su compañero. Ese es el comienzo del diálogo que forma parte del spot promocional de Buenas noticias, el programa que comienza este sábado a las 10.30 en la TV Pública, conducido por Saco y Saracho. "Un programa donde las buenas noticias nos ganen a todos", cierra el spot de un envío promocionado como una suerte de "noticiero de la felicidad", que se puede ver en las tandas del canal. El ciclo, que a diferencia de otros no tuvo ninguna comunicación oficial a la prensa, marcará un hecho histórico: por primera vez en su historia, la TV Pública tendrá en su programación un programa realizado por la Iglesia Evangélica.
Mientras durante el fin de semana el apagón informativo se mantiene inalterable por decisión de las autoridades de Radio y Televisión Argentina, el canal estatal estrena este ciclo de buenas noticias que será -en definitiva- el espacio informativo de los sábados. Grabado en los estudios del canal, Buenas noticias es un espacio de una hora de duración de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), una de las organizaciones más importantes del país. Además, el ciclo cuenta con el respaldo de otra entidad, Argentina Oramos por vos. Con este programa, la Iglesia Evangélica llega finalmente a una pantalla de TV abierta a la que nunca había tenido acceso. Un estreno en la TV Pública que se da justo en medio del proceso electoral argentino, y en un momento en el que se analiza el rol que tuvo ese movimiento religioso en la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia brasileña.
Si bien no hubo comunicación oficial, Buenas noticias está pensado como un ciclo descontracturado que -como su nombre lo indica- sólo dará noticias positivas, enmarcadas en las actividades de la Iglesia Evangélica en el país. "Un magazine semanal de interés general que, con un ritmo dinámico y un estilo descontracturado, dará a conocer el ser y el hacer de la Iglesia Evangélica Argentina a lo ancho y a lo largo de todo el país con temáticas y contenidos enfocados en un público juvenil y familiar, con una mirada ampliamente federal", reza la descripción del ciclo en la web oficial de la TV Pública. "El sello característico de Buenas Noticias -subraya el texto- es el humor y la informalidad, ya que buscamos generar una proximidad e identificación con el espectador".
El magazine tendrá como principales ejes a noticias, coberturas de eventos artísticos e informes "sobre diversos trabajos y ayudas sociales que la Iglesia lleva adelante". En la sinopsis que está subida a la web del canal se puede leer en detalle las secciones que forman parte de Buenas noticias, cuyas temáticas y abordajes tendrán un claro sesgo religioso. "Docu-entrevistas de vidas -enumeran- en los que se ve el poder transformador de la fe, entrevistas a figuras reconocidas y cristianas y columnas sobre salud, cine, música, comida a cargo de columnistas especializados en cada tema. También cada programa cuenta con un segmento de música en vivo, donde se invita a una banda de música para hablar de su trabajo y cerrar con una canción en vivo. Tanto en las entrevistas como en las notas se suman juegos, retos e improvisaciones".
El estreno de Buenas noticias en la TV Pública no es otra cosa que un paso más del despliegue que la Iglesia Evangélica viene realizando desde hace años en los medios electrónicos en América Latina, del que Argentina no está exento. A las emisoras radiofónicas que pertenecen a la organización religiosa se le suman los numerosos espacios televisivos que compraron en los diferentes canales de TV abierta y TV por cable, que se emiten preferentemente desde la medianoche. Una política comunicacional que ahora llega nada más y nada menos que a los medios públicos.