Un buen beso puede cambiar el destino del mundo y también el humor de Marcelo Crivella, el alcalde de Río de Janeiro que ordenó retirar esta semana de la Bienal del Libro, uno de los eventos más literarios más grandes de Brasil, todos los ejemplares de Avengers: La cruzada de los niños. La compilación de 264 páginas de los cómics escritos por Allan Heinberg y dibujados por Jim Cheung en 2012, editado recientemente por Salvat y Panini en Latinoamérica, donde dos superhéroes adolescentes de los Jóvenes Vengadores viven un romance gay sin necesidad de esconderse tras las capas.  El clásico intento de censura hablando en nombre de los niños y su indefensión. ¿Y ahora? ¿Quién protege a los niños de esta clase de políticos villanos? 

IDENTIKIT DE LOS BESOS BRUJOS: Wiccan y Hulkling. 

 Hijo de una hechicera, Wiccan, de traje negro ajustado y luciendo su tiara plateada, es un mago con poderes casi ilimitados. Puede derrotar él sólo a 20 hombres con armas nucleares. Es un estudiante de secundario, llamado Billy en el día a día, cuyos poderes mágicos provienen de desear cosas apasionadamente. 

Hulkling es hijo del guerrero kree Mar-Vell y la princesa skrull Anelle, y tiene la capacidad de cambiar de forma para parecerse a otras criaturas. Musculoso y con pectorales bien marcados, cuando está de civil, bajo el nombre de Teddy Altman, su piel es rosada y su rostro angelical. Pero cuando se convierte en Hulkling se pone verde como Hulk, dispuesto a destruir ciudades si alguien quiere hacerle daño a su novio, Wiccan. "Billy y yo somos compañeros. Yo voy donde él vaya", le advierte Hulkling al Capitán América.


EL AUTOR DEL BESO

Allan Heinberg es guionista, gay, nacido en Oklahoma en 1967 que empezó su carrera escribiendo para televisión, desde Sex and the City hasta Grey’s Anatomy. Nunca perdió el sueño de  hacer una historieta para Marvel con  superhéroes gays  que luchen a la par de amarse. Heinberg creció sintiéndose fuera de la norma, encontrando en tantas historietas de Marvel y DC a personajes que son perseguidos, cuestionados por ser diferentes. Pero que, al mismo tiempo, hacen de esa diferencia su mayor fortaleza. Eso son los superhéroes, y por esa razón pueden cambiar el futuro de un lector. Cuando Allan Heinberg pensó las historietas recopiladas en Avengers: La cruzada de los niños- desconociendo que años después el alcalde de Río de Janeiro mandaría a 12 de los agentes de su Secretaría del Orden Público a recorrer los 150 puestos de la feria literaria para dejar sin lugar a un beso gay- escribió en las primeras páginas acerca de los hijos de la serpiente: "una secta paramilitar dedicada a mantener la pureza racial y moral". Los Jóvenes Vengadores se enfrentaban a estos villanos que eras supremacistas blancos y odiaban a putos y lesbianas. "Debemos ser su grupo menos favorito", decía uno de los personajes de los Jóvenes Vengadores, Kate Bishop-Hawkeye. Con la cara cubierta, uno de los hijos de la serpiente agredía a Hulkling recitando fragmentos de la Biblia: "Así como la serpiente llevó a Adán y Eva fuera del Edén...nosotros echaremos a los impuros... ¡a los inferiores!", gritaba con sus ojos desorbitados de odio. "¿Estás usando la Biblia para justificar una matanza?" le contestaba Hulking indignado, orgulloso de que aquel personaje vil lo llame "sodomita" de manera despectiva y acusatoria. Hulkling conocía bien de cerca las palabras de la Biblia, porque asistió a una escuela episcopal, entonces, con mucha astucia, le lanzaba el éxodo veintuno, versículo veinticuatro: "Ojo por ojo". La venganza era nada más ni nada menos que un beso en la mejilla. "Conviérteme en un mártir y muéstrale al mundo la clase de monstruo que eres", le gritaba totalmente asustado de que los labios de un puto toquen su piel. El beso hacía estallar de furia a este personaje homofóbico, quien le aseguraba que ardería en el infierno. "Ni siquiera fue un buen beso", le contestaba Hulkling. ¿Cuánta fuerza puede tener un beso para provocar tanto miedo e ira, en un personaje de ficción y en un alcalde de carne y hueso?

BESO Y A LA BOLSA

Por más que el alcalde ordene tapar todos los libros de Avengers: La cruzada de los niños con una bolsa negra ese beso sigue existiendo. Y no solo eso, se vuelve más poderoso. Porque todo acto de censura, por más que pretenda anular una obra, la magnifica. Volviéndola irresistible. Y así sucedió: los ejemplares se vendieron a rolete, ¿quién quiere perderse un buen beso? El amor de Wiccan y Hulkling que lucha, no solo con villanos sino también contra el prejuicio y la homofobia, está representado por algo mucho más profundo que un beso: Wiccan y Hulkling son una pareja que tienen muchas dudas sobre sí mismos, pero jamás por lo que sienten por el otro. La pasión que los une es el suelo donde pisan seguro, el mismo suelo que cruje y se abre como si ocurriera un sismo sobre los pies de personas como el alcalde Crivella, al sentirse ofendido y preocupado porque una historieta muestra cómo transan dos superhéroes putos. Ese beso que tanto lo inquieta al político del Partido Republicano Brasileño, vinculado a la Iglesia Universal del Reino de Dios, viene acompañado de una propuesta de matrimonio. "Hasta que la muerte nos separe", le decía Hulkling de civil, bajo la identidad de Teddy Altman, a su novio Billy. Quien no salía del asombro de que su gran amor le esté pidiendo casamiento. "¿Acabas de proponerme matrimonio?", le preguntaba. "Depende. ¿Vas a levantar tu trasero y hacer algo?", le respondía Teddy, intentando que su novio abandone una tristeza que lo mantiene encerrado entre cuatro paredes. El beso coronaba esa declaración de amor que es mucho más que una escena rosa: es el recordatorio de que los putos tienen el mismo derecho que los héteros bajo la ley, aunque al expastor evangélico y alcalde elegido en 2016 le quite el sueño. Wiccan y Hulkling hubieran estado encantados de enfrentarse cuerpo a cuerpo con el villano Marcelo Crivella, pero también saben que la mejor manera de derrotarlo es haberse besado en esa historieta. Un beso que seguirá enfureciendo a más de uno.