Agustín Canapino logró en el autódromo de Rafaela una victoria de esas que se sueñan desde hace tiempo, y que se necesitan por razones varias: la primera, sin dudas, asegurarse el primer triunfo del año en el TC, en esta primera fecha de la Copa de Oro, alegría indispensable para pelear por el título. Sin embargo, el actual bicampeón de la categoría deberá esperar hasta este lunes para celebrar con plena tranquilidad: la carrera en la ciudad santafesina fue por demás accidentada y, ya antes de concluir la primera vuelta, un impacto fuertísimo entre Matías Jalaf y Próspero Bonelli los dejó fuera de competencia, y al mendocino lo tiene por estas horas internado en terapia intensiva hasta este lunes, en observación. El susto dejó detenido cualquier festejo, aunque el parte médico de Jalaf indica que, si bien tuvo una concusión cerebral -con pérdida de conocimiento transitoria-, se recupera favorablemente.
Lo cierto es que desde hace tiempo Canapino venía soñando con vencer en los 4740 metros de este mítico escenario con el TC. Y así fue: con un tiempo de 50m56s926/1000, el piloto de Chevrolet se adueñó de Rafaela, dejando atrás a Juan Manuel Silva -el más rápido de la clasificación-, que no pudo contra el ritmo del auto del de Arrecifes. Su victoria en la segunda serie presagió un buen día para sus aspiraciones, esas que desde las últimas temporadas venían creciendo con ganas: en 2017 y tras haber largado 12º, finalizó cuarto, y el año pasado llegó a la bandera en segunda posición.
Esta vez las aspiraciones se concretaron. Y eso que no tuvo el aliento cerca de papá Alberto, suspendido por la Comisión Asesora y Fiscalizadora, que le aplicó una dura sanción por discutir con un comisario técnico.
Detrás suyo, al cabo de las 28 vueltas, quedaron el Ford de Silva (50m57s586) y el Dodge de Valentín Aguirre (50m58s166), otro que se llevó un sabor dulce de esta 11ª carrera del campeonato, con puntos que lo ubican como el nuevo líder de la Copa de Oro, seguido de José Manuel Urcera y Canapino. El festejo se desatará este lunes, cuando le den el alta a Jalaf, y el parte médico confirme que el durísimo impacto sufrido por el mendocino no fue más que un golpe.