La deuda pública de la provincia de Buenos Aires trepó 447 por ciento durante la gestión de María Eugenia Vidal. La mochila que recibirá el próximo gobierno será, así, casi seis veces más pesada que la heredada por Cambiemos al iniciar su gestión cuatro años atrás. El ciclo de endeudamiento registrado estuvo acompañado por una transformación en la composición y los plazos de sus pasivos que exacerba la vulnerabilidad de las finanzas provinciales. El incremento en el peso de la deuda en moneda extranjera y la reducción en el plazo de los vencimientos condiciona, a su vez, el inflexible presupuesto bonaerense. El Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (Idesba) estimó que la carga adicional de intereses para el próximo mandato escaló más de 100.000 millones de pesos sólo como consecuencia de la corrida cambiaria validada después de las elecciones primarias.
El stock de los pasivos bonaerenses pasó de 122.085 a 667.746 millones de pesos entre diciembre de 2015 y agosto de 2019. La relevancia adquirida por la deuda en dólares impacta de lleno sobre las finanzas públicas provinciales que, ante cada salto en el tipo de cambio, registran una escalada en tamaño de su deuda expresada en pesos. Como resultado del ciclo de endeudamiento impulsado desde la Casa Rosada tras el acuerdo con los fondos buitre y el desmantelamiento del esquema de regulaciones cambiarias, la deuda per cápita provincial escaló de 7.328 a 38.442 pesos, un incremento del 424,6 %. Las estimaciones del Idesba que depende de la CTA muestran que 81 de cada 100 pesos que deben los bonaerenses corresponden al ciclo de endeudamiento emprendido durante el gobierno de Vidal.
“El crecimiento exponencial de la deuda provincial y los cambios en su composición y plazos, se dieron en un contexto de deterioro económico, por lo que todos los indicadores de solvencia de la deuda provincial empeoraron notablemente”, sostiene el reporte al advertir que “el endeudamiento no sólo es un problema actual, sino que genera un fuerte condicionamiento para el próximo gobierno provincial. En los próximos cuatro años la provincia deberá pagar 546.856 millones de pesos por vencimientos de deuda”.
Las cifras oficiales del Ministerio de Economía bonaerense muestran que entre fines de 2015 y mediados de 2019 el peso de la deuda en relación al producto bruto geográfico pasó de 5,1 a 8,3 por ciento. Desde la cartera provincial sostienen que los registros bonaerenses se encuentran por debajo del 11,4 por ciento exhibido en promedio por el resto de las provincias que participan en el mercado de crédito. “El financiamiento obtenido fue utilizado para el cumplimiento del plan de obras dirigido a mejorar la infraestructura de la provincia”, indicaron a este diario fuentes oficiales al asegurar que se duplicó “la inversión de los dos mandatos anteriores”.
“Las autoridades bonaerenses argumentan que el endeudamiento registrado fue necesario para suplir la ausencia estructural de inversión pública e infraestructura en la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el proceso de endeudamiento de los últimos años fugó recursos provinciales hacia el exterior”, expresa el documento del Idesba. El reporte sostiene que, entre 2016 y 2018, los recursos destinados al pago de intereses de la deuda superaron en un 41,6 por ciento a los fondos invertidos en obra pública. “Solo el “costo del endeudamiento” superó con creces el supuesto ‘objetivo’ por el cual se endeudó la provincia, siendo esto un sinsentido en la asignación de recursos.
“¿Qué se podría haber hecho sólo con los intereses pagados en los últimos tres años si se hubiera invertido en obras públicas?”, se pregunta el equipo de que conforman Silvia, Almazán, Paula Belloni, Gastón Ghioini, Mariana Fernández Massi, Joaquín Lazarte y Fabiana Guerrero. Los investigadores estiman que el poder de compra de los fondos destinados a pagar intereses entre 2016 y 2018 asciende a 99.234 millones de pesos. Esos recursos son equivalentes a 8345 jardines de infantes de 10 aulas, 4109 escuelas de 10 aulas, 599 centros de hemoterapia de 1750 metros cuadrados o 25 hospitales de alta complejidad de 40.000 metros cuadrados.
La relación entre la deuda y los recursos presupuestarios de la provincia permite dimensionar el incremento en el peso de los pasivos. Aun cuando los ingresos provinciales fueron apuntalados desde la Casa Rosada, entre 2015 y 2018 la deuda pasó del 44,5 al 69,2 por ciento de los recursos provinciales. Al impacto de la devaluación que incrementa el peso de la deuda denominada en dólares se suma el efecto que tendrá el default sobre los recursos bonaerenses.
La gobernadora Vidal finalizará su mandato con un agujero financiero que se profundizó como consecuencia del default de la deuda de corto plazo anunciado hace dos semanas. La decisión de postergar hasta seis meses el pago de los vencimientos le costará a la provincia de Buenos Aires alrededor de 18.500 millones de pesos este año. La reestructuración forzosa implementada desde el Palacio de Hacienda por el ex ministro de economía bonaerense, Hernán Lacunza, impacta sobre las acreencias provinciales.
Las tenencias de Letes ascienden a 220 millones de dólares que vencen el 11 de octubre. Como al momento del vencimiento solo se paga el 15 por ciento del total, ese día apenas cobrará 33 millones de dólares. El resto, unos 187 millones de dólares, ingresarán a las arcas provinciales entre enero y abril de 2020. Dinámica similar experimentará con las dos colocaciones en Lecap por un total de 13.792 millones de pesos que vencían este año. Son dos títulos. La primera suma 3792 millones de pesos que antes del default vencían a fin de mes y otra por 10.000 millones de pesos que debía cobrarse en octubre. Como resultado de las medidas dispuestas por el gobierno nacional, la provincia recibirá apenas 2100 millones de pesos este año.