Casi una semana después de destruir las islas Bahamas y dejar 43 muertos, el huracán Dorian golpeó las costas de Canadá. Allí provocó inundaciones y dejó más de 500.000 hogares sin luz en las provincias de Nueva Escocia, Nuevo Brunswick e Isla del Príncipe Eduardo. Todavía no se reportaron muertes y el presidente canadiense, Justin Trudeau, aseguró que su gobierno está listo para hacerle frente al huracán. Dorian finalmente volvió al mar este domingo.
El sábado a la noche, el huracán Dorian tocó tierra canadiense cerca de la ciudad de Halifax, capital de Nueva Escocia. El Centro Canadiense de Huracanes (CCH), que recalificó a Dorian como "ciclón postropical muy intenso" con vientos de hasta 140 km/h, informó que recibieron “incontables reportes” de árboles derribados. El huracán también causó lluvias torrenciales y olas de casi 20 metros que azotaron la costa canadiense, según el CCH.
La compañía eléctrica Nova Scotia Power Inc. informó que 380.000 clientes se quedaron sin electricidad a medida que pasaba la tormenta. Luego, cerca de 50.000 hogares y negocios se quedaron sin luz, al igual que otros 74.000 en New Brunswick.
Los casi 400.000 habitantes de Halifax se habían preparado para las lluvias e inundaciones y las autoridades de la ciudad solicitaron a las personas que aten cualquier objeto pesado que pueda ser arrastrado por el viento del huracán. Asimismo, los negocios fueron alentados a cerrar temprano sus puertas. “No queremos que los ciudadanos de Halifax anden por el centro con la llegada de las aguas”, dijo Erica Fleck, jefa adjunta de reducción de riesgos comunitarios de la ciudad.
Debido al viento, una grúa que se encontraba en un edificio en construcción se partió y golpeó contra la parte lateral de otro edificio. En el sur de la ciudad, las fuertes ráfagas arrancaron el techo de un complejo de apartamentos y Jeff Paris, un bombero canadiense, informó que varios edificios fueron evacuados. Paris sostuvo que “es una fortuna que no haya lesionados graves ni fallecidos”, a pesar de la caída de la grúa, cientos de árboles y cables de la red eléctrica.
El domingo a las nueve de la mañana, Dorian había vuelto al mar, según informó el CCH. "Ya pasó. Ahora podremos comenzar a limpiar tan pronto como salga el sol", dijo Paul Mason, integrante del servicio de emergencia de Nueva Escocia. Las calles de Halifax ya comenzaron a ser despejadas y los troncos de los árboles caídos fueron cortados con motosierras para luego ser removidos.
Por su parte, el primer ministro canadiense aseguró que su gobierno estaba "listo para ayudar a la Canadá atlántica ante esta tormenta". Mientras que Ralph Goodale, ministro de Seguridad Pública, anunció el envío de 700 soldados a la región para colaborar en la recuperación del servicio eléctrico y la evacuación de habitantes en áreas inundadas.
Las autoridades canadienses afirmaron que esta vez estaban mejor preparadas para hacerle frente a los estragos causados por Dorian que lo que estuvieron en 2003 para el huracán Juan.
Según el último informe realizado por el CCH, Dorian se desplaza en el mar con dirección al Golfo de San Lorenzo con vientos que llegaban a 130 km/h. El CCH afirmó que el huracán "se debilitará lentamente a medida que avance" hacia el estrecho de Belle Isle, entre la isla de Terranova y la península de Labrador. "Sin embargo, todavía produce vientos violentos y lluvias al norte y al oeste de la trayectoria", advirtieron los meteorólogos canadienses.
Hasta ahora, la mayor devastación causada por el huracán fue en las Bahamas, donde Dorian golpeó hace una semana con categoría 5 y vientos de 295 km/h. El huracán dejó un total de 43 muertos, pero las autoridades prevén que esta cifra aumentará significativamente debido a la cantidad de personas que todavía se encuentran desaparecidas.
Aviones, cruceros y yates están ayudando a evacuar a personas de las Islas Ábaco y las autoridades intentaban llegar a áreas aún aisladas por inundaciones y escombros. Cientos de habitantes pudieron evacuar hacia Nassau, la capital de la isla, a través del puerto y aeropuerto de Marsh Harbour que, a pesar de estar destruidos, volvieron a ponerse en funcionamiento.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), al menos 70.000 personas requieren "asistencia inmediata" en Bahamas. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU envió 15.000 comidas y toneladas de materiales de construcción para los habitantes de las islas. El gobierno francés, por su parte, envió soldados para asistir en la reconstrucción y el presidente Donald Trump envió a la Guardia Costera estadounidense y prometió ayudar.