Mientras el secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, calificaba como una "tragedia indignante" a la muerte de la agente de tránsito Cinthia Choque y las heridas sufridas por el agente Santiago Siciliano, más de un día después de que fueran embestidos por un auto conducido por el vocero de prensa del del en el barrio porteño de Palermo, los compañeros de los agentes atropellados se concentraban en el Obelisco para reclamar justicia y denunciar el estado de precarización laboral en que se encuentran.
Los agentes, vestidos con sus uniformes celestes y amarillos, levantaron carteles con los nombres de las víctimas y reclamaban justicia. En las redes, al reclamo por el trágico hecho, se sumaron denuncias por la precarización. Una amiga de Cinthia -la joven fallecida-, Jessica Bravo, que compartió con ella cuatro años en las guardias callejeras, aseguró que "teníamos que tener todos los sentidos despiertos".
Bravo agregó que durante un tiempo los guardias estaban acompañados por policías, "pero el 80 por ciento de las veces era sin policía", aclaró. Y sostuvo que habitualmente ese tipo de guardias los enfrenta a "personas que están bajo el efecto del alcohol o estupefacientes. Incluso, sin estarlo, los conductores suelen reaccionar de forma violenta".
La ex compañera de Cinthia Choque estuvo durante cuatro años en las mismas condiciones de precarización en que estaba la joven fallecida y el grueso de los guardias de control vehicular, pero finalmente decidió renunciar porque el trabajo deterioraba su salud. Bravo recordó que los jefes los presionan para que obtengan positivos en los controles de alcoholemia. "Pero hay noches que parás más de 100 autos y no tenés un positivo o gente con licencia vencida. Te hacía sentir culpable porque no traías números. No nos pagaban por comisión, sin embargo nos presionaban", recordó.
El secretario de Transporte, Méndez, sostuvo que entre los agentes de tránsito "hay dos modalidades de contratación, la de monotributistas es una de ellas", reconoció, pese a la ilegalidad de la relación laboral, literalmente trabajadores en negro. "Después de que pasa un tiempo, aquellos que quieren van siendo incorporados a las plantas del Gobierno de la Ciudad. En promedio son entre tres y cuatro años, aunque a veces ocurre antes", sostuvo Méndez, pese a que Cinthia Choque llevaba seis años sin que la hubieran incorporado en planta. Méndez también aseguraba que "todos los trabajadores tienen ART y todos los trabajadores tienen seguro", pese a que los guardias que reclamaban en el Obelisco aseguraban lo contrario.
En las redes, se desplegaban acusaciones contra el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. La escritora Claudia Piñeiro denunciaba en su cuenta de Twitter que "Por la muerte de un agente de tránsito y las graves heridas a su compañero nos venimos a enterar que los agentes de tránsito en la ciudad de Buenos Aires son monotributistas, facturan a fin de mes y no tienen obra social."
Un usuario, Gabriel H vinculaba la situación de precarización de los trabajadores del GCBA con el supuesto control laboral sobre los trabajadores de las APPs de delivery.
Otro, Pregonero, mencionaba los gastos en bicisenda y la total ausencia de interés en una planta en blanco.
Alejandro, por su parte, se quejaba de la situación laboral pública en la CABA.
mientras que Silvy Na denunciaba que con el presupuesto de CABA, semejante al de Bélgica (N.R.: no es cierto, de todas maneras es el distrito más rico del país), hay trabajo en negro
y Silvia Sosa (hipotecada hasta el hueso), también denunciaba en ese sentido
Mientras que otro usuario de Twitter, Alejandro Goldin, recordaba el estribillo que estalló desde hace dos semanas en las calles:
Entretanto, José Ferrari, abogado de Veppo, el conductor del VW Passat que arrolló a los guardias, sostuvo que Veppo fue imputado por "homicidio culposo y lesiones graves", y explicó que la carátula "es provisoria, se puede agravar o atenuar". El artículo 84 bis del Código Penal prevé una pena de dos a cinco años e inhabilitación especial de cinco a diez años para quien cause la muerte “por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria" y de tres a seis años si el conductor escapa, no socorre a la víctima, está bajo los efectos de drogas o alcohol o circula a mas de 30 kilómetros por encima de la máxima permitida.
Según Ferrari, Veppo le explicó que en el momento del hecho "se abrió a la derecha y se encontró directamente con los agentes de tránsito, no los vio", y que aunque "sí se dio cuenta de que los había embestido, no supo cómo manejar la situación" y por eso siguió su marcha. Por ese motivo, señaló que "no va a pedir la excarcelación" de su cliente, por no considerarlo "prudente". "Creo que tenemos que darle tiempo al juez para que investigue lo que pasó", añadió.