Las provocadoras declaraciones del periodista Joaquín Morales Solá, en la edición semanal del programa “Desde El Llano”, propagaron ideas ofensivas y peligrosas que coincidieron con discursos similares realizados por otros referentes del bloque social que gobernó los últimos años.

Las declaraciones fueron realizadas en el contexto de su editorial, donde sugirió a los ahorristas que eviten retirar su capital del sistema bancario para prevenirse de eventuales robos domésticos a cargo de una “mucama, un chofer, un taxista”.

Otras expresiones públicas similares fueron realizadas, los últimos días, por personalidades y formadores de opinión provenientes del mismo espacio sociopolítico, lo cual revela la comunidad de ideas y evidencia la vocación de exteriorizarlas en la actual coyuntura.

Repasemos estas declaraciones y sus protagonistas:

· Pablo Avelluto, Secretario de Cultura de la Nación, afirmó que el pedido de Declaración de Emergencia Alimentaria, realizada por la Iglesia, la CGT y los Movimientos Sociales, estaba basado en “argumentos de campaña”.

· Miguel Angel Pichetto, candidato de vicepresidente de la fórmula que encabeza Macri, responsabilizó al sistema de seguridad social (salud y educación pública, programas alimentarios, etc) como “una de las causas del endeudamiento público” y puntualizó que las personas que participan de Movimientos Sociales “no laburan”.

· Alfredo Coto, titular de la cadena de supermercados, declaró “Nadie mató a nadie, averigüen bien”, desligando a su empresa de responsabilidades ante el asesinato a un jubilado -que había robado aceite y queso- por la seguridad privada de un local de su propiedad.

Estos peligrosos mensajes que rememoran la conferencia de prensa del 12/08 -cuando Mauricio Macri responsabilizó a la democracia por la brutal devaluación de la moneda nacional- organizan un sistema de ideas e involucran las premisas de las prácticas sociales discriminatorias: la reafirmación positiva de una identidad intolerante y autoritaria y, al mismo tiempo, la propagación maliciosa de prejuicios negativos y valoraciones contra la dignidad de personas o grupos históricamente vulnerados.

Los discursos basados en prácticas sociales discriminatorias representan un cuestionamiento a la convivencia pacífica y la resolución democrática de los conflictos. Al respecto, la intelectual feminista Rita Segato invita a reflexionar sobre los efectos de la repetición de discursos y prácticas violentas en la normalización de un paisaje de la crueldad, que puede manifestarse en la baja de los umbrales de empatía y la desensibilización al sufrimiento de los otros. Segato propone anteponer a estas prácticas, la construcción de una “contra-pedagogía de la crueldad”, que recupere la valoración de las relaciones sociales y los vínculos como metas para la realización de la felicidad.

La denuncia de estos mensajes constituye una tarea ciudadana sustantiva en el ciclo que se abrió tras las elecciones primarias presidenciales. La de-construcción de estos discursos comienza por su señalamiento y la puesta en evidencia de sus consecuencias.

El gobierno nacional que se iniciará en diciembre, deberá agregar a las tareas de reconstrucción del tejido social y diseño de un proyecto de sociedad inclusivo, la elaboración de nuevos discursos y prácticas que permitan renovar, a nivel colectivo, la sensibilidad social, la preocupación por el otro y la valoración de los vínculos sociales.

* Licenciado en Ciencia Política, maestrando en Políticas Públicas.