Campazzo, Garino, Scola, Vildoza, Deck, Laprovíttola, Delía, Fjellerup, Brussino, Gallizzi, Caffaro, Redivo, Hernández, Santander... Apellidos para la historia. Sin jugadores en la NBA, los representantes del Nuevo Básquet Argentino dieron la nota en el Mundial de China 2019 al eliminar a la favorita Serbia por 97-87 y avanzar a semifinales. El próximo rival saldrá del ganador de Estados Unidos vs. Francia, que juegan este miércoles.
Lo que se planteaba como imposible, inverosímil, como una proeza desde la previa; finalmente se convirtió en realidad. El corazón de la Selección Argentina fue mucho más grande que los interminables metros de los lungos serbios. Los 18 puntos, 12 asistencias y 6 rebotes de Campazzo, los 20 de Scola, los 15 de Garino, y los 13 puntos y 8 rebotes de Deck; traducen numéricamente de alguna manera el trabajoso triunfo albiceleste.
Las cartas estaban echadas desde el inicio. Los metros de Serbia impondrían las condiciones del juego. Así, con el dominio balcánico en las alturas, Argentina debería ganarse la vida por abajo. Y vaya que lo hizo.
La propuesta de la Selección de salir al parquet con una de sus formaciones de mayor altura (con Campazzo, Garino, Brussino, Scola y Delía) se desactivo rápidamente debido a la incontenible lluvia de faltas personales en la lucha en el poste bajo. Primero se tuvo que ir Delía con 2. En su lugar entró Tayavek Gallizzi, quien sumó tres casi de inmediato. Así, ya en el primer cuarto quien estaba marcando al inmenso Nikola Jokic (2,09 metros) era el alero Gabriel Deck (2,02).
Claro que si la altura era un problema para Argentina, ¿quién mejor que Campazzo para salir a su rescate? Acostumbrado a luchar en la adversidad con su 1,79 metro en el deporte de los gigantes, el base cordobés dio cátedra ya desde el primer cuarto, donde finalizó con 6 puntos y 6 asistencias. Cual flautista de Hamelín, Campazzo hipnotizaba rivales con su dribbling y aprovechaba el gran juego de cortinas de sus compañeros para terminar encontrando a alguno de los suyos desmarcado debajo del aro, lejos de cualquier serbio. Un terrible pase de faja a Delía y otro casi de costado a Deck dieron prueba de ello.
El ataque argentino tenía que ser elaborado en exceso, porque en el uno contra uno, se imponían las manos serbias, castigando cada intento nacional con tapones. Por ende, cuando no era una definición clara debajo del aro, había que tomar triples. Y ahí, Argentina fue construyendo su ventaja. En el primer tiempo, fueron 9/16 en tiros de larga distancia para un 56 por ciento de efectividad (3/10 para Serbia). Al final del encuentro, esas cifras fueron de 12/27 para Argentina (44%) frente a 8/28 de los europeos (29%).
En defensa, fue donde más se visibilizaron los metros serbios: 18 rebotes ofensivos para los balcánicos (42 en total) contra 21 defensivos argentinos (29 en total). La fórmula albiceleste fue, a sabiendas de que el rebote sería propiedad privada serbia, atacar intensamente las manos rivales una vez que la pelota bajaba para tocar el piso. Y dio resultado: 16 pérdidas para Serbia y 10 robos para Argentina. Números, quizá, no tan llamativos, pero que se reflejaron en las fastidiosas caras de Jokic y cía. en numerosos pasajes del encuentro.
En ventaja durante casi todo el desarrollo, Argentina supo mantener a raya a su contendiente con una defensa muy intensa, genialidades ofensivas en ataque y apoyándose en el triple. Sólo quedaba ver si la Selección podría mantener el ritmo en el último parcial.
Allí fue cuando, justamente, Serbia se puso al frente por algunos minutos (70-68), algo que no había ocurrido hasta entonces. De pronto, se empezó a cerrar el aro para Argentina, Scola falló tres triples consecutivos y apareció alguna que otra pérdida de Laprovíttola.
Nada de qué preocuparse, por supuesto. Porque, acto seguido, Scola se deglutió con sus 39 años al All Star de la NBA Jokic en una lucha cuerpo a cuerpo debajo del aro que terminó con tapón del argentino; Campazzo manejó la contra y encontró a Garino, quien clavó el triple para volver al frente. Jugada siguiente: Laprovíttola sacrifica el cuerpo y gana la falta ofensiva para, once segundos después, atestiguar un terrible triple de Campazzo con paso retirada para ponerse 74-70.
De ahí en más, una y otra vez, aparecerían jugadas de tinte épico que alejarían a Argentina en el marcador. Rebote ofensivo y definición como en las viejas épocas para un poseído Scola (un hombre en una misión)... Rebote también ofensivo y conversión a una mano del gigante Campazzo... Tiros en movimiento de Garino... Pase de caño de Laprovíttola... Terribles apariciones defensivas de Deck... Para cerrar un triunfo épico que quedará grabado de manera indeleble en el recuerdo, con firma de esta emocionante Selección Argentina de básquet.