El “plan alivio” no alcanzó para frenar la caída libre de la economía ni la de la imagen presidencial. En la antesala de las elecciones, el gobierno anunció que pretende extender a los trabajadores del sector privado el pago de un bono excepcional como el que recibieron un segmento de los empleados públicos. “Quedamos en mirar el índice de inflación del jueves, volver a sentarnos para evaluar la mejor metodología, pero tomamos como referencia el bono que se le dio a los estatales, de cinco mil pesos. Trabajamos sobre eso”, expresó el martes el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Desde la CGT fueron más contundentes al asegurar tras un encuentro con el funcionario que el paliativo se concretará la próxima semana. Los empresarios, por su parte, abrieron el paraguas frente a la medida que buscará amortiguar el impacto de la aceleración de la inflación sobre la deprimida capacidad de compra de los salarios. Aunque consideran necesaria la recomposición, sostienen que será muy difícil pagarlo.
El tímido paquete de medidas anunciadas por el presidente Mauricio Macri después de culpar al pueblo por la crisis económica que construyó su gobierno contemplaba un bono de 5000 pesos para los trabajadores estatales. El ministro Sica confirmó que los asalariados del sector privado recibirán un pago extraordinario similar. El timing de las negociaciones administradas por el funcionario hará que el bono se pague en octubre, semanas antes de las elecciones presidenciales. “El salto inflacionario que estamos sufriendo producto de la devaluación después de las PASO está generando bastante inquietud por la pérdida de salario real”, consideró el ministro de Producción y Trabajo al referirse al retroceso en la capacidad de compra de los salarios. “Hay que evaluar muy bien el impacto de este tipo de bono en las pequeñas empresas, porque no sólo tenés un impacto inflacionario sino en muchas se secó mucha la plaza en términos de financiamiento de corto y puede generar un perjuicio”, consideró el funcionario.
Acompañado por la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el funcionario recibió a la conducción de la CGT que realizó un reclamo formal ante la profundización de la crisis económica. “Nosotros pretendemos que sea de carácter obligatorio, en la ecuación trabajador-empresa el que más padece la realidad económica y social es el trabajador. Estamos muy preocupados, la situación de deterioro social viene de hace muchos meses y en los últimos meses se ha acentuado, por lo que todo lo que pueda aliviar o ser paliativo bienvenido sea”, destacó el secretario gremial de la CGT y titular de UPCN, Andrés Rodríguez, durante una entrevista radial con Futurock.
A diferencia de Sica que no confirmó el bono, Rodríguez afirmó que “con el ministro de la Producción conversamos de que en el término de una semana se concrete la posibilidad de que todas las actividades privadas también puedan tener un bono para aliviar la situación de muchos trabajadores que la están pasando mal”. Sica y Stanley recibieron el lunes a la conducción de la CGT encarnada en el estacionero Carlos Acuña, el líder del sindicato de comercio Armando Cavalieri, el referente de los trabajadores de la construcción Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez y el dirigente de sanidad Héctor Daer. En el cónclave, los gremialistas direccionaron su preocupación por el crecimiento en los índices de pobreza y la elevada inflación que se traduce en los precios de los alimentos y afecta a los sectores humildes y a los desempleados.
El “plan alivio” anunciado por Macri no sólo contempló el bono de 5 mil pesos para los estatales sino que además dispuso que el Gobierno se haría cargo en septiembre y octubre de 2 mil pesos por mes de los aportes personales correspondientes al salario de los trabajadores registrados, con lo cual los ingresos deberían mejorar en esa magnitud. Para el segmento de salarios altos estableció además una reducción del impuesto a las Ganancias que también impactaría en unos 2 mil pesos por mes. Después de las elecciones, todas las medidas vuelven para atrás. Desde el Cetyd de la Unsam estimaron entonces que el incremento en el salario neto promedio entre agosto y diciembre alcanzará al 3 por ciento mientras que la inflación promedio esperada para ese período será del 10 por ciento.