Todo archivo posee una triple función social: es memoria de la institución, es insumo para la investigación y es garante de derechos.” La directora del Archivo Histórico de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Laura Casareto, sintetiza el rol de un área clave para la preservación, resguardo y conservación del patrimonio material y documental de las universidades, pero con la que pocas instituciones cuentan.

Las casas de estudios superiores producen documentos valiosos para la historia y la memoria, tanto de los establecimientos como del país, que abarcan desde expedientes de creación de facultades y carreras, convenios y títulos, hasta material fotográfico y audiovisual, así como planos de obras edilicias y legajos de personal docente y no docente, entre otros. Pero la mayoría no tiene archivos constituidos, normas que regulen el ciclo vital de los documentos ni políticas que fomenten la consulta y el acceso.

En Argentina, la falta de una “cultura archivística” es una problemática extendida a nivel nacional. Para la secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), María Nosiglia, “el material de archivo permite la apertura de un espacio de pensamiento, de conocimiento y objetivación de la propia institución, a través del cual el presente puede ser interlocutor del pasado”.

El Archivo Histórico de la UBA, explica Nosiglia a este Suplemento, “evidencia el devenir histórico no sólo de la institución, sino también de la Nación”. Allí se conserva la “carrera académica de mujeres y hombres que forjaron y moldearon la ciencia, la política, la economía y la cultura nacional” y también la evolución de las cátedras, donde se muestran los “diversos aspectos de las disciplinas en el tiempo, sus influencias y su herencia”.

“Quizás lo más importante que se custodia es el sentido de pertenencia, ya que los nombres plasmados en estos documentos son evidencia del paso de los individuos por sus claustros”, evalúa la secretaria de la UBA. “Casi 200 años después, esos claustros que sintieron los pasos de presidentes, premios Nobel, pensadores e innovadores son los mismos que registran el paso de las nuevas generaciones que hacen su ingreso y se encaminan a integrar una comunidad evidenciada en los documentos, en cuyas letras seguirá quedando disponible para la posteridad la posibilidad de formular nuevas preguntas a ese pasado”.

Trabajo colaborativo

En el caso de la UNLP, el Archivo Histórico, que depende de la Secretaría de Asuntos Académicos, fue creado en 2013 con el fin de organizar la producción documental de la Presidencia y de coordinar acciones con los demás archivos institucionales. Desde allí se impulsa la conformación del Sistema de Archivos de la UNLP, compuesto por los fondos y las series documentales de todas las dependencias y áreas de la Universidad.

De este modo, el "trabajo colectivo" se vuelve necesario para "poder definir nuestro cuadro de clasificación documental, que organiza intelectualmente la información y permite situar los documentos en sus relaciones los unos con los otros”, detalla Casareto.

Además del Archivo Histórico de Presidencia, la UNLP cuenta con el Archivo Histórico del Museo de La Plata, el Archivo General de la Facultad de Bellas Artes, el Archivo del Colegio Nacional "Rafael Hernández" y el Archivo del Museo de Astronomía y Geofísica, entre otros. En tanto, varios documentos están en custodia de bibliotecas y museos universitarios, como los archivos de Joaquín V. González –como ministro de Justicia e Instrucción Pública nacionaliza la Universidad, de la que fue su primer presidente¬–, que se conservan en la Biblioteca Central, y los del pedagogo Víctor Mercante, que se guardan en la Biblioteca de la Facultad de Humanidades.

En la actualidad, la UNLP trabaja en la implementación del software libre AtoM (Access to Memory), un sistema usado a nivel internacional para la administración y el acceso de documentos de archivo. Se trata de un proyecto desarrollado en conjunto entre el Archivo Histórico, la Biblioteca Central y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.

La iniciativa aspira a que cada archivo institucional incorpore su fondo documental en el software, estableciéndose relaciones apropiadas entre las descripciones en todos los niveles: institución archivística, fondos, secciones, series y unidades documentales.

En materia de conservación, el Archivo Histórico cuenta con un taller de abierto a la comunidad universitaria, en el marco del cual se reparan los legajos de las víctimas del terrorismo de Estado y se realizan trabajos solicitados por las dependencias, como la conservación de las revistas Mayoría, donde Rodolfo Walsh publicó algunas notas que darían origen a Operación Masacre, entre otros.

Casareto apunta que desde allí también se asiste a diversos archivos de la zona, “casi siempre en un trabajo en conjunto con la Comisión Provincial por la Memoria y el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires”.

Frente a la obsolescencia tecnológica, cada vez más vertiginosa, la referente de la UNLP considera necesario “tener una perspectiva archivística en la administración electrónica”. Sostiene que “la digitalización es muy importante, pero también hay que conservar el papel”, y advierte que la “guarda indiscriminada” es otro "obstáculo al acceso".

Una red para aunar esfuerzos

La encargada del Archivo de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Valeria Bedis, señala que, en general, estas áreas "no se encuentran dentro de los organigramas" de las instituciones e indica otro aspecto que complejiza la situación: "El personal, al igual que los recursos para desarrollar las tareas, es escaso”.

Ante la necesidad de mejorar la realidad del campo en las universidades públicas, empleados y responsables de diversos archivos se unieron para "fortalecer el trabajo, la participación y generar acciones concretas" entre las casas de estudios. En 2015, se realizó el I Encuentro de Archivos Universitarios, organizado por la UNLP. Tres años después, en junio de 2018, se creó la Red de Archivos de Universidades Nacionales de Argentina (Red AUNAR), en el marco de las X Jornadas de Historia, Memoria y Comunicación, que se realizaron en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).

A través de la sociabilización de conocimientos, experiencias y recursos, la iniciativa busca ayudar al “desarrollo de los archivos universitarios que se encuentran en desventajas”, indica la referente de la UNLPam a este Suplemento. La Red AUNAR está integrada por las universidades nacionales de Córdoba, La Plata, San Luis, La Pampa, Quilmes, Tucumán, José C. Paz y Jujuy, y las facultades de Filosofía y Letras de la UBA y de Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones.

En el caso de La Pampa, explica Bedis, "los documentos son consultados frecuentemente por su valor administrativo, legal, operativo o fiscal" y los trabajos de investigación vinculados a la institución y la región constituyen "un aporte muy valioso para la historia y desarrollo académico a nivel provincial".

En ese sentido, la directora del Archivo Histórico y Documental de la Universidad de San Luis, Sonia Riveros, manifiesta la imposibilidad de "pensar la universidad tomando como punto de partida el presente, porque sus proyecciones y sentidos se encuentran en ese pasado que guarda y atesora”.

 

Para Riveros, los archivos son “espacios de construcción de ciudadanía e identidad, en su mayoría, silenciados e invisibilizados por las instituciones”, donde la “participación de la comunidad universitaria” resulta crucial para la preservación y el resguardo de su patrimonio. La problemática archivística –subraya– demanda políticas integrales que permitan "salvaguardar estos espacios del olvido y del borramiento de nuestro patrimonio histórico documental".

 

CDA - UNC

Desde su creación, en 1994, el Centro de Conservación y Documentación Audiovisual (CDA) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) rescata, preserva y difunde material fílmico y fotográfico del siglo XX. Su acervo documental reúne miles de noticias locales, nacionales e internacionales del período 1962-1980, destacándose las colecciones de los canales provinciales 10 y 12.

IIGG - UBA

El Centro de Documentación e Información del Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG), dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, custodia el Archivo de Historia Oral de la Argentina Contemporánea. De consulta pública y acceso libre, reúne más de 200 entrevistas a personalidades de la historia argentina reciente.Los testimonios se agrupan en colecciones temáticas (violencia política, derechos humanos y fuerzas armadas; instituciones, partidos y gobierno, y políticas económicas) organizadas en los subperíodos 1958-1976, 1976-1983 y 1983-2003. 

CeDInCI­-UNSAM

Con más de 20 años de existencia, el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) se consolidó como uno de los mayores referentes en el campo de estudios sobre culturas políticas, partidos y movimientos sociales en Argentina y América Latina.El Centro, que desde 2010 tiene un programa de colaboración recíproca con la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), preserva, ordena, difunde e investiga las producciones políticas y culturales de las izquierdas latinoamericanas desde sus orígenes, a mediados del siglo XIX, hasta la actualidad.Sus trece bibliotecas especializadas reúnen más de 100 mil volúmenes, mientras su hemeroteca comprende 6 mil colecciones de publicaciones periódicas, 500 rollos de microfilms y decenas de revistas digitalizadas que pueden consultarse en el portal América Lee. En tanto, su archivo cuenta con 100 mil documentos y más de 15 mil volantes de partidos y movimientos sociales.