El gobernador Miguel Lifschitz fijó ayer posición frente a la polémica pública entre Luis Contigiani de Produccion y Eduardo Matozo de Tecnolgía, que fue provocada por las posiciones de dos de sus ministros, frente al quite de aranceles de inportación a los productos informáticos decidido por el gobierno de Mauricio Macri. "Obviamente, cada ministro opina distinto, uno de es Producción y otro de Tecnolgía y cada uno mira una parte. A mí me toca mirar el tema de manera más global y creo que todos tienen parte de razón. Lo cierto es que Santa Fe no tiene empresas de industrias de hardware, y la Argentina tiene muy pocas, algunas en provincia de Buenos Aires. Creo que evidentemente cuando se toman estas medidas generales hay que proteger y tener un cuidado con los puestos de trabajo y analizar cómo pueden impactar sobre las empresas. Creo que el impacto es menor pero existe sobre algunas empresas que hacen hardware en la Argentina y que son muy pocas y con un mercado muy limitado".
"Por otro lado -agregó Lifschitz- es muy real que la tecnología hoy es un insumo básico para muchísimas actividades, para la industria en general, para la actividad científica y la vida de las personas, por lo cual una disminución del costo en estos equipos que son en su gran mayoría importados con tecnología que nosotros no tenemos aquí, creo que también es ventajoso".
"Como siempre -advirtió finalmente el mandatario- al gobierno le falta por allí poder tener una mirada de más cercanía y demás cuidados respecto a sectores económicos medianos o pequeños que pueden verse afectados. Creo que lo debió haber tenido en cuenta en este caso".