El uso de capacidad instalada en la industria descendió en julio hasta el 58,7 por ciento. El desplome de la demanda interna, el alza en los costos de producción tras la devaluación, la apertura comercial y las altísimas tasas de interés mantienen paralizada la actividad fabril. El empleo de maquinarias y equipos se ubica así en niveles similares a los observados durante la crisis de 2002. Se trata de la quinta marca más baja desde el comienzo del gobierno de Mauricio Macri. La medición oficial evidencia un retroceso de 1,4 puntos porcentuales frente a los registros observados durante el mismo mes del año pasado, cuando el indicador marcaba 60,1 por ciento. A su vez, el registro difundido por el Indec marcó una caída de 0,4 puntos frente al 59,1 por ciento de junio.
Durante el séptimo mes de 2019 la caída en la utilización alcanzó a 9 de los 12 sectores relevados por el Indec. Las únicas actividades que mostraron un tímido desempeño favorable frente al mismo período del año pasado fueron la refinación de petróleo, la producción de alimentos y el sector texti,l aunque ese comportamiento no significa que atraviesen una situación de holgura. El desempeño global del indicador acompaña el comportamiento recesivo del índice de producción industrial, que en julio registró una disminución de 6,9 por ciento respecto a igual mes de 2018. El marcado deterioro sectorial se profundizó como consecuencia de la corrida cambiaria y financiera que siguió a la derrota del oficialismo en las elecciones de agosto.
La parálisis en la producción automotriz la llevó a marcar un nivel de utilización de la capacidad instalada mínimo, del 30,0 por ciento, 18,1 puntos por debajo del registro observado en julio de 2018. El bloque de sustancias y productos químicos registró un uso del 47,5 por ciento, inferior al 50,8 por ciento observado doce meses atrás. El desempeño se explica por la menor producción de químicos básicos, detergentes y jabones, y materias primas plásticas asociada a la caída del consumo interno. El Indec precisó que algunas plantas todavía registraban en julio problemas vinculados al apagón de junio. Otros bloques sectoriales que marcaron caídas y además se ubicaron por debajo del nivel general de la industria son Edición e impresión (58,1 por ciento), productos de caucho y plástico (51,6 por ciento) y la industria metalmecánica excepto automotores (48,5 por ciento). Los únicos bloques que presentaron niveles de empleo de maquinarias y equipos por encima del 70 por ciento fueron las industrias metálicas básicas (79,3), refinación del petróleo (75,1) y papel y cartón (72,9).
La profunda crisis industrial es acompañada por un proceso de destrucción de puestos de trabajo. Durante junio se contabilizó la pérdida de 4200 empleos frente a mayo, que ascendieron hasta los 62.700 empleos en doce meses. Los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino muestran que el empleo industrial retrocedió en 42 de los 43 meses de la gestión de Macri cubiertos por las estadísticas. Suman 151.304 los puestos de trabajo manufactureros destruidos desde que comenzó el gobierno de Cambiemos.