El vocero del Fondo Monetario Internacional, Gerry Rice, confirmó para fin de mes una reunión con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, quien viajará a Washington para intentar destrabar el desembolso pendiente de 5400 millones de dólares. “Será una oportunidad para continuar con las deliberaciones sobre nuestro programa, el marco económico y los próximos pasos”, aseguró este jueves durante una conferencia de prensa en la capital estadounidense. El funcionario no dio más precisiones respecto de si el giro de ese dinero está al menos asegurado. Pese a que el organismo le prestó a la Argentina más fondos de los que le correspondía por su cuota y dejó que los utilizara para financiar la fuga de capitales, Rice sostuvo que el FMI no rompió ninguna regla. “Respecto de romper las reglas y violar las reglas y demás, puedo decir definitivamente que no es el caso”, sostuvo el vocero del Fondo. En cuanto a la posibilidad de una autocrítica por un nuevo fracaso de sus recetas, dijo que el objetivo fue ayudar a un país en crisis, pero que “hay riesgos y ese fue el caso de Argentina”.
Desde julio del año pasado, en cinco desembolsos, el Fondo Monetario le giró al país 44.867 millones de dólares sobre un préstamo total acordado de 56.000 millones. En ese lapso se fugaron bajo el concepto de formación de activos externos 27.500 millones de dólares y 9500 millones por desarme de posiciones en inversiones especulativas. “En total la salida neta de dólares supera los 36.600 millones de dólares, lo que representa más del 80 por ciento de los desembolsos recibidos hasta la fecha”, señala un documento del Frente de Todos. Haciendo una excepción, el Fondo le permitió al gobierno argentino intervenir para contener la corrida. Pero la salida se intensificó. La sangría, estimulada en su momento por la eliminación de controles de capitales, exigencia del establishment financiero, hizo al país sumamente dependiente del dinero del FMI.
En la conferencia de prensa se le consultó a Rice si el FMI había violado sus propias reglas, tal como sostuvo días atrás el candidato Alberto Fernández. El vocero del Fondo lo descartó completamente: “En términos de la pregunta que ha hecho sobre romper las reglas y violar las reglas, puedo decir definitivamente que este no es el caso. Y que el objetivo del FMI ha sido tratar de ayudar a las autoridades a estabilizar la difícil situación y permitir un retorno de la confianza que allane el camino para el crecimiento en el futuro. Ese ha sido nuestro enfoque, y esa es nuestra prioridad”, afirmó Rice.
El gobierno no disimula su impaciencia por el arribo de los 5400 millones de un sexto desembolso, pero ante las dilaciones tuvo que recurrir a un cepo cambiario para frenar la caída de reservas. Lacunza se reunió el mes pasado con representantes del Fondo en Buenos Aires, pero esa misión tuvo un carácter más político que económico. Respecto a una nueva reunión, Rice dijo: “Puedo confirmar que el ministro Lacunza y su elenco visitarán Washington en los últimos días de septiembre para continuar con las discusiones acerca del programa argentino. No tengo el detalle de la agenda, pero imagino que se reunirá con Alejandro Werner, directivo de nuestro departamento del Hemisferio Occidental y su equipo”.
- ¿Se discutirá la aprobación del desembolso?, fue la pregunta obligada.
- “Será parte del diálogo”, respondió Rice.
El director de Comunicación del Fondo no acusó recibo de los resultados que sus recetas generaron en el país. “Si miran los staff reports que hemos publicado, hablamos de riesgos. Incluso en nuestro último informe decíamos que los riesgos podrían verse exacerbados por potenciales reacciones del mercado y la incertidumbre política y esa es la situación que estamos enfrentando ahora”, recordó el vocero. No queda entonces claro por qué continuó prestándole dinero al país. “Todos reconocemos las complejas condiciones de los mercados y las incertidumbres en las políticas. Pero, reitero, seguimos totalmente comprometidos y las discusiones continúan”, concluyó el vocero del FMI.