París, Lille, Nantes, Grenoble y Clermont-Ferrand anunciaron el jueves la prohibición de pesticidas en su territorio. Con esta medida simbólica, ya que ninguna de ellas alberga grandes extensiones de cultivo, las cinco ciudades francesas se suman a la iniciativa de decenas de alcaldes rurales que lanzaron una batalla para presionar al gobierno francés a actuar contra estos polémicos agrotóxicos.
"Se trata de una iniciativa concertada para hacer cambiar la ley y contribuir a proteger el patrimonio inestimable de la biodiversidad en nuestros territorios y la salud de nuestros conciudadanos", indicaron en un comunicado conjunto las cinco urbes.
La iniciativa anunciada este jueves por las metrópolis fue calificada por el gobierno francés como un “golpe de efecto”, ya que su principal intención es manifestar el apoyo a las decenas de alcaldes rurales que en las últimas semanas prohibieron con decretos el uso de pesticidas.
El primer alcalde en tomar la iniciativa fue Daniel Cueff, alcalde de la localidad bretona de Langouët, que estableció por decreto que la distancia mínima entre los cultivos con pesticidas químicos y las zonas residenciales debía ser, como mínimo, de 150 metros. Su decreto, sin embargo, sufrió un duro revés judicial cuando un tribunal administrativo decidió suspenderlo tras afirmar que no era competencia del alcalde tomar decisiones sobre el uso de pesticidas.
Una medida considerada insuficiente
A diferencia de la propuesta de los alcaldes y de las cinco ciudades que se sumaron a la restricción en el uso de agrotóxicos, la propuesta actual del gobierno --sometida a consulta pública hasta el 1 de octubre-- es fijar una distancia mínima de 5 o 10 metros, una medida juzgada insuficiente por ecologistas y asociaciones.
Desde 2017, por ley, está prohibido el uso de productos químicos en los espacios verdes y en el espacio público. Los particulares y jardineros, en tanto, solo están habilitados a utilizar productos fitosanitarios de origen natural.
Por lo tanto, la decisión de las ciudades se aplica principalmente a los espacios verdes de empresas y de zonas residenciales. Por ejemplo, la empresa SNCF que explota el sistema de ferrocarriles en Francia utiliza ampliamente el glifosato para desmalezar sus vías y sus inmediaciones.
"Esta acción conjunta con varios alcaldes de grandes ciudades (...) busca principalmente hacer ceder al gobierno", dijo Stéphane Baly, presidente del grupo de concejales del partido ecologista EELV de Lille.
"Hay que proteger a los habitantes de nuestra ciudad, es más que un principio de precaución", declaró a la AFP Penélope Komitès, adjunta a la alcaldesa de París.
Citando un estudio privado del Taller Parisino de Urbanismo, Komitès estimó que la superficie concernida por la prohibición decidida este jueves afectará a unas 600 hectáreas en París.
"Peligro para la salud"
"Sabemos muy bien que este decreto será probablemente denunciado pero el peligro para la biodiversidad y la salud de la población es suficientemente importante para que tomemos este tipo de medidas y alertemos al Estado para que vaya más lejos".
La ministra de la Transición Ecológica, Elisabeth Borne, tachó el anuncio de las cinco ciudades de "golpe de efecto" en Twitter.
Su ministerio consideró por su parte que las ciudades están "muy desconectadas de las realidades que representan los problemas de pesticidas para las comunas rurales y agrícolas".
El martes, concejales y militantes habían instado a los alcaldes de Francia a multiplicar los decretos antipesticidas y a "inundar" la consulta pública lanzada por el gobierno en internet.