A casi cinco años y medio del crimen por linchamiento de David Moreira, en barrio Azcuénaga, la causa alcanzó una primera condena en juicio abreviado. Nahuel Pérez fue sentenciado a 3 años de prisión condicional y reglas de conducta por "homicidio en agresión", acusado de haber participado de la paliza que varios vecinos le dieron al chico de 18 años, tras el robo de una cartera, aquella tarde. En tanto, otros dos imputados esperan juicio oral y público, con pedido de pena de 6 años de prisión. Lorena Torres, madre de la víctima, manifestó en un mensaje telefónico que está de acuerdo con la sentencia, pero lamentó: "Jamás voy a conseguir justicia por mi hijo", según transmitió el querellante, Norberto Olivares. El abogado le dio la razón a la mujer -que reside en Uruguay-, y rescató que al menos el caso no queda impune. "Hay que entender que no se pueden resolver los conflictos de esta manera", planteó sobre los linchamientos.
El abreviado reúne 116 evidencias contra el condenado, según mencionó ayer el juez Hernán Postma, que lo homologó, luego de que el propio imputado manifestara su consentimiento. "El llegar a una condena fue algo que siempre tuvimos en mente porque era el objetivo esencial en un hecho que conmovió a la sociedad rosarina y tuvo rebote internacional, y hasta habló el Papa", señaló el querellante.
Al hacer una comparación, el abogado recordó que "la causa de robo -donde fue condenado el joven que estaba con Moreira aquella tarde- se resolvió en 86 días; mientras que esta causa por la muerte de David tiene más de cinco años". También lamentó que la Fiscalía no viera el delito de homicidio agravado con alevosía y ensañamiento, que planteaba la querella, y consideró que "estaba condicionada por la opinión punitivista de una parte de la sociedad y por una política judicial".
Al mismo tiempo, habló de cierta satisfacción de que no haya quedado impune el caso. "En este tribunal se conocieron causas en las que hubo una impunidad casi obscena. Hay muchos reproches y cuestionamientos para hacer, pero también pensamos que es una base que nos permite la posibilidad de ensanchar la responsabilidad en un futuro juicio con otros dos imputados, porque estamos seguros de que estos tres fueron los que participaron activamente de la muerte de David", dijo.
Olivares también hizo referencia al cambio de fiscal que hubo en la causa, ya que Florentino Malaponte, tomó el cargo de juez. Ahora, habrá reuniones con Georgina Pairola, que ayer estuvo en la audiencia ante el juez Postma.
"Desde el caso de David hemos visto otros hechos; la situación se repite y creemos que esto (la condena) puede contribuir al debate, porque en este caso también hubo vecinos que pedían que pararan aquella tarde", dijo el abogado que en su momento denunció un pacto de silencio entre vecinos.
En la investigación, llevó tiempo establecer quiénes participaron de la paliza. Olivares recordó que llegaron a Nahuel porque una persona que cortaba el césped en la zona lo identificó solo por su nombre. Las redes sociales fueron el paso siguiente para dar con el acusado y su vestimenta. Seis meses después, con evidencia tecnológica, Malaponte imputó a Nahuel y a Gerardo G., que estuvieron detenidos poco tiempo. En tanto, en mayo de 2017, sumó a Cristian A., como tercer involucrado.
Pocos días después del caso, circuló en internet un video filmado con un celular que también ayudó en la pesquisa; pero una de las dificultades fue conseguir testimonios, ya que había temor.
David tenía 18 años cuando fue atacado por un grupo de vecinos, la tarde del 22 de marzo de 2014. Con I. D. -condenado por robo- participaron de un arrebato de cartera en el que Moreira quedó atrapado por vecinos que lo patearon y golpearon hasta dejarlo inconsciente, en la zona de Marcos Paz y Liniers. Los golpes en la cabeza le provocaron traumatismos que lo llevaron a la muerte tres días después. Los detalles de la investigación hablan de un accionar salvaje: David fue arrastrado por el asfalto, por media cuadra; incluso, llegaron a golpearle la cabeza con la puerta de un auto. El fiscal dijo en su momento que el ataque duró unos 15 minutos.