En un contexto donde estrenar una película independiente en la argentina equivale a una epopeya, donde directores, productores y distribuidores pasan por el rechazo de los exhibidores, se pelean por un espacio en el Gaumont (la única sala INCAA con concurrencia de público en CABA), piden a los espectadores que corran a las salas para mantenerse en cartel en uno o dos pases diarios, en los horarios de menor concurrencia, en las multipantallas plagadas de cientos de copias de una misma película de la Majors… en este contexto es que el miércoles nos despertamos con la noticia de que las resoluciones 981/2013 y 1598/2012 que daban ayuda a las distribuidoras independientes para los estrenos nacionales, fueron derogadas.
Según CADICINE, las distribuidoras independientes estrenan alrededor de 80 películas argentinas al año, por lo que más de 40 estrenos nacionales en agenda para lo que resta del 2019 quedarían sin apoyo. Como así también dejaría inviable el trabajo de las distribuidoras independientes que atraviesan un momento muy difícil en este contexto de crisis, sumado al incumplimiento histórico y sistemático del INCAA en su rol de fiscalización para hacer cumplir la cuota de pantalla por parte de los exhibidores.
Si usted se pregunta qué función cumplen estas resoluciones que fueron derogadas, como así también qué implica el cumplimiento de la cuota de pantalla, lo puede encontrar en la propia letra de la ley de cine: “Compensar en algún grado la desigual y desleal competencia que presenta la presencia de las películas de grandes productoras norteamericanas (las majors) en nuestro mercado”, y que son análogas al dumping comercial.
Y si se pregunta en qué lo afecta como espectador, puede estar seguro que la diversidad cultural de películas que encuentre en las salas, se verá ampliamente afectada... si es que logra ver cine independiente argentino en una sala de cine.
Los directores y directoras de la Asociación de Directores de Cine PCI, con 20 años de trayectoria, presentamos reiteradas veces proyectos al INCAA para paliar esta situación. Ante las reiteradas negativas y eternas esperas, decidimos armar un proyecto desde la asociación, que obtuvo el apoyo de Mecenazgo, y el mes pasado lanzamos “Puentes de Cine”: un programa que busca fomentar la educación audiovisual en Argentina, apoyar y mejorar la distribución, difusión y exhibición de películas en salas de cine de nuestro país. Esta iniciativa, que debería ser una política de Estado y no un programa de una asociación civil, busca aportar y generar, desde la gestión cultural, una red de salas, actividades, estrategias y ayuda económica a los estrenos nacionales.
Sabemos que no se puede arribar a una solución sin el apoyo del INCAA, mucho menos si se incumple la ley, pero estamos convencidos y sabemos que hay un público para cada película, solo hay que ir a buscarlo y hacer cumplir nuestra ejemplar Ley de Cine.
Sin el compromiso, la acción y la unión de todos los que formamos parte del sector audiovisual y la cultura, ver cine argentino en las salas será cada vez más difícil.
* Cineasta, integrante de la Asociación de Directores de Cine PCI.