La mañana en el barrio de Palermo no pudo se mejor. Mientras el sol comenzaba a la calentar el asfalto, los 117 autos que compiten en la XVII edición el Gran Premio Argentino Histórico, que organiza el Automóvil Club Argentino, esperan el momento de la largada ofical para recorrer 3062 kilómetros por rutas y caminos de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y San Juan, divididos en cinco etapas.
Los pilotos y navegantes hacen cola para recibir el libro de ruta, cuyas indicaciones y tiempos cronometrados deberán intentar cumplir a la perfección. Algunos meten mano a sus autos, clásicos de todos los tiempos, otros repasan sus estrategias para la carrera delante la mirada de miles de porteños que se acercaron al parque cerrado a observar esas máquinas únicas y, de paso, ver las reliquias exhibidas alrededor de la plazoleta frente al Instituto Sanmartiniano sobre la calle Mariscal Ramón Castilla, entre Av. Del Libertador y Figueroa Alcorta.
Un grupo de aficionados prefiere siemplemente arrodillarse sobre el pavimiento para jugar carreras de autitos a "manocontrol", todo un hobby que recuerda esos minutos de los recreos en la escuela primaria en los que se dibujaba una pista con tiza sobre el patio para jugar con autitos de plásticos rellenos con masilla y con una cucharita metálica que asomaba por la trompa.
Otros pasean, miran, sacan fotos y no dejan de asombrarse por la belleza de esos autos de colección exhibidos en el lugar, como las famosas cupecitas de la emblemática carrera de Buenos Aires-Caracas 1948; o una serie de extraodinaria de esas pequeñas joyas alemanas NSU Prinz, con motor trasero, que dejaron de frabricarse en 1973; o el elegante Fort T de 1925 que sus dueños muestran orgullosos.
Cerca de las 14 horas, los motores de los Renault Gordini, Auto Unión, Peugeot 404, Cupecitas Chevrolet, Alfa Romero, Renault 12, Ford Falcón, Critröen 2 y 3CV, Fiat 600, 1100, 1500 -algunos en inmejorables condiciones, como número 411, de Jorge Pérez-, BMW 320, Chevrolet 400, Ford Coupe, Volvo, etc..., rugen sobre la avenida Libertador para dar comienzo a la semana de competencia del GPH, que recorrerá buena parte del país persiguiendo, como todos los años, un fin solidario y reviviendo a su paso por las disintas ciudades la rica historia del automovilismo nacional.
La primera etapa concluirá en Venado Tuerto, Santa Fe. Este domingo se llegará a Villa General Belgrano y, a partir de lunes, el GPH llegará a San Juan, donde pilotos y navegantes tendrán un día de descanso, habrá allí un día más de competencia y el jueves comenzará el retorno primero a Villa Carlos Paz y luego, el viernes a Venado Turto, donde los pilotos participarán de una cena de camaradería y de la ceremonia de premiación.