“Hay algún torcedor de Racing, del equipo de Kirchner”, pregunta Lula apenas ingresa a la sala donde se realizó la entrevista. La amistad construida con los Kirchner siempre aparece en los encuentros con el ex presidente brasileño. La afinidad entre presidentes fue un elemento que potenció la agenda de integración.
Siempre priorizó su vínculo con la Argentina. No le resultó sencillo desarticular la histórica desconfianza entre la dirigencia de ambos países. Su primer viaje al exterior como presidente electo, a fines de 2002, fue a la Argentina, al igual que su primera salida como ex presidente luego de traspasarle el mando a la primera presidenta del Brasil, Dilma Rousseff. La tríada que conformaba con su canciller, Celso Amorim y el Asesor Especial en Política Exterior, Marco Aurélio García, permitió sustantivos avances en la integración.
Los procesos políticos entre ambas naciones se retroalimentan. El fracaso del gobierno de Mauricio Macri, la debacle social y económica de sus políticas, es vista como el preludio de un nuevo tiempo en el gigante sudamericano. Allí posan la esperanza muchas de las principales figuras del PT. Argentina se hace presente a lo largo de distintos momentos del diálogo.
--¿Qué impacto piensa que va a tener el triunfo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la política doméstica de Brasil?
--Pienso que el impacto más deseable es que el pueblo argentino recupere el derecho a ser feliz. Viví el período del gobierno Kirchner y les puedo decir como observador y compañero de que Argentina le debe mucho al rol de Kirchner, a la capacidad de Kirchner y al coraje de Kirchner. Porque afrontar la situación que afrontó, no era fácil. Él era valiente e hice una alianza extraordinaria con él. Después con Cristina. Ahora, con Fernández candidato, obviamente no puedo opinar sobre las elecciones de otro país, sería una intromisión indebida. Brasil necesita paz, necesita armonía con Argentina, armonía con todos los países, para que podamos, en tiempos de paz, en tiempos de democracia, crecer y mejorar la vida del pueblo que representamos. Y es por esta razón que la victoria de Fernández significa la posibilidad de mejorar mucho la relación entre Brasil y Argentina.
--¿Qué consejo le daría a Alberto Fernández que se va a encontrar con una crisis?
--El consejo que le podría dar a mi amigo Fernández es uno solo: gobernar para el pueblo pobre. No mentirle nunca al pueblo que tiene expectativas para que la Argentina mejore. No aceptar el terrorismo que el mercado crea. Al mercado no le interesa el pueblo argentino, el mercado tiene interés en ganar dinero. Al mercado no le preocupa si las personas pasan hambre, si las personas viven en las calles. El mercado quiere saber si hay rentabilidad. Y Fernández tiene que tener un compromiso con Dios y con el pueblo: no mentirle nunca al pueblo y gobernar prioritariamente para el pueblo trabajador y para el pueblo pobre argentino. Ese es el consejo que podría darle al compañero Fernández y a la compañera Cristina.