El ataque a balazos que sufriera el jefe de la delegación santafesina de la Policía Federal Mariano Valdés tiene hoy estas certezas: se ubicó el lugar de ataque -a 49 kilómetros de Rosario- hubo otro vehículo por las huellas encontradas, sospechan de una camioneta doble cabina ubicada en los videos de seguridad, hubo disparos desde el exterior del auto y también desde el interior.El arma de Valdés disparó, más de una decena de veces y se trabó con su sangre y volvió a disparar. Ahora bien las dudas son muchas:el rol de la suboficial Roxana González está en el ojo de la tormenta: primero negó haber hablado por teléfono antes del ataque pero tiene un consumo de datos en su aparato al momento de detenerse en la estación de servicios de Ramallo que disparan las sospechas sobre si habló por whattsapp, y además le pidió también que se detuviera a Valdés, en medio de la noche y de la nada, y fue alli cuando fueron atacados. A pesar de la feroz balacera no tiene ni un solo rasguño. La joven no estaba haciendo ningún curso de ascenso: Valdés fue a buscarla a su casa y la llevaba a su destino laboral común: Santa Fe ciudad. Sus pares confiaron a los pesquisas que la joven pasa gran parte del tiempo en el despacho de su jefe. Valdés tampoco respetó el protocolo que implica convocar refuerzos de inmediato y dar el alerta ante el feroz tiroteo en el que estaban involucrados. Fue el personal de la estación de servicios donde fueron en busca de ayuda los que llamaron al 911. También queda para el análisis de los pesquisas la verdadera relación entre el jefe policial y la hermosa joven oficial de 27 años. El lugar del ataque señalado en primer término por el jefe policial y el sitio señalado ahora están separados por unos 5 kilómetros. Pero un punto que no puede desdeñarse y que resulta novedoso es que dos jefes federales desplazados de Rosario en la última purga del mes de mayo, fueron reubicados: uno en la ciudad de Santa Fe y el otro en San Nicolás. Para los investigadores el dato de que el ataque haya sido en Villa Constitución -cercano a San Nicolás- sobre personal destinado en la capital santafesina, no es un dato menor.
La última sospecha que tienen en fiscalía es si en verdad el ataque fue para robarle algo que llevaba en el interior de su vehículo el jefe Valdés.
La última sospecha que tienen en fiscalía es si en verdad el ataque fue para robarle algo que llevaba en el interior de su vehículo el jefe Valdés: es que hay un disparo en la luneta trasera efectuado desde afuera que no entra en la lógica del ataque descripto por la pareja de federales. Según el relato eran dos o tres personas que se abrieron en abanico por el frente: difícilmente alguien pueda disparar desde atrás si sus cómplices lo hacían de frente.
"Fue un problema entre ambos, un atentado o un robo, lo que esta claro es que no lo quisieron matar" confiesa uno de los pesquisas de la investigación, como un brutal resumen de las largas jornadas de análisis de imágenes, escuchas, y videos.
La investigación del ataque a balazos sobre el comisario Mariano Valdés tuvo un primer capitulo: ante el primer hallazgo de vidrios en la banquina del puente de ingreso a la localidad de Pavón, se peritaron y no resultaron coincidentes con los del Ford Focus donde viajaba también la suboficial González. La pericia disparó un nuevo rastrillaje por parte de Gendarmería, que a media tarde del jueves halló cerca del puente de acceso a Villa Constitución, la zona del ataque: en el lugar había huellas bien marcadas de vehículos y cinco vainas servidas. "Las huellas son del Ford Focus por lo que pudimos cheqear y hay otra restante de un segundo vehículo, que podría ser de la camioneta sospechada", confesó un investigador a este cronista. Este hecho y el hallazgo en videos de seguridad de una camioneta negra doble cabina en dirección a Rosario, alentó la certeza de que existió un ataque a que estuvo muy cuestionado o sospechado a mediados de semana.
Ahora también están analizando el GPS del Ford Focus de Valdés, para confirmar la trayectoria y rumbo del auto. Por otro lado las antenas de telefonía arrojaron certezas sobre el relato del oficial.
Es que las dudas se materlizaron esta semana por las contradiciones entre ambos pasajeros: al ampliar su declaración indagatoria el jefe federal dijo que los atacantes tenían "gorritas" mientars la suboficial González habló de "pasamontañas". También los pesquisas destacaron que el hombre dijo que sus agresores primero dijeron "dame todo"y ayer agregó que le gritaron "bajate o te mato", la mujer asegura no haber escuchado nada.
También se esta a la espera de las pericias balísticas porque no queda claro la forma en que ingresaron las dos balas al cuerpo de Valdes. es que los pesquisa les llama la atención que el comisario recibiera las heridas sobre el costado derecho de su cuerpo cuando estaba siendo atacado desde el izquierdo.