Usuarios medicinales de cannabis, militantes por la despenalización de la marihuana y organizaciones de cultivadores solidarios se manifestaron hoy frente a la Unidad Fiscal 2 de Ezeiza para pedir la liberación de Adriana Funaro, una conocida activista detenida desde hace más de 48 horas por tener en su casa las plantas con las que elabora el aceite para tratar una artritis severa que padece. El juez de Garantías Horacio Hryb rechazó el pedido de excarcelación presentado por sus problemas de salud. Por el momento, Funaro es tratada como si fuera la líder de una peligrosa banda de narcos detenida tras una laboriosa investigación. Un clásico movimiento de pinzas de la Bonaerense con la colaboración de un vecino, amigo del ex ministro de Seguridad Alejandro Granados, actual intendente del partido de Ezeiza y vecino en el country del capo narco Marco Antonio Estrada González, detenido en diciembre pasado.

“Es medicina”, “5.000 años de uso, 80 de prohibición”, “Libertad a la naturaleza” y “No más presos por cultivar”, decían algunos de los carteles que levantaban los manifestantes este mediodía al grito de “Libertad para Adriana”, frente al edificio dentro del que intentan guglear si existe jurisprudencia sobre el consumo privado de marihuana y si la Corte Suprema tuvo algo que ver con un caso de nombre Arriola o algo por el estilo. Independencia en la investigación no es sinónimo de ignorancia.

Entre los manifestantes estuvo Silvia Antúnez, la abuela de una niña de tres años que tiene microcefalia severa y vio reducidos notablemente la intensidad y frecuencia de sus convulsiones desde que se trata con el aceite de cannabis.

“Delfina lo empezó a tomar en abril del año pasado y fue increíble el cambio, porque ella salió como un zombie del hospital por la cantidad de drogas que le daban y a la semana de darle el aceite empezamos a notar el cambio. Hoy aplaude, nos mira, gatea y hace más de tres meses que no tiene convulsiones”, contó.

La mujer consideró que lo que le ocurre a Funaro “es injusto porque ella no es una narcotraficante”. A su turno, Pablo Pérez de Mamá Cultiva consideró que la detención de Funaro es “un abuso”, porque “avasalla derechos”, contradice “fallos preexistentes” y no tiene en cuenta la media sanción conseguida en el Congreso por el proyecto de Ley de cannabis medicinal.

El fiscal Carlos Hassan explicó que Funaro fue “procesada por infracción a la ley de estupefacientes”, concretamente a los artículos que penan el “cultivo y siembra de marihuana”, un delito reprimido con entre cuatro y 15 años de prisión.

La diputada Carolina Gaillard, del FpV y presidenta de la Comisión de Salud, expresó su “absoluto repudio” por “la irrupción de la policía bonaerense en la casa de Adriana Funaro” y señaló que “casos como éste dejan al descubierto la urgente necesidad de una ley que proteja a los cultivadores y usuarios de cannabis medicinal, garantizándoles el acceso al tratamiento necesario para tener una mejor calidad de vida”. La diputada de Libres del Sur, Victoria Donda, también repudió la detención al afirmar que “lamentamos y condenamos categóricamente el allanamiento y posterior detención sufrida por Funaro en su casa de Ezeiza”.

Hoy, Gaillard se reunirá con el fiscal Hassan para ofrecerle sus puntos de vista como especialista en la función del aceite cannábico medicinal, y el relato de los debates en el Congreso, donde las y los radicales de Cambiemos –mirando a los ojos a las madres que reclamaban por el autocultivo, junto con sus hijos con epilepsia refractaria–, juramentaron que no mirarían para otro lado. Lo que no aclararon es para donde mirarían.