El ataque con drones realizado por rebeldes yemeníes sobre dos refinerías de la mayor compañía petrolera del mundo, Aramco, perteneciente a Arabia Saudita, generó una conmoción a nivel internacional. La agresión obligó a la compañía a reducir su producción a la mitad, lo que generó el aumento del precio del petróleo Brent en 19,5 por ciento, registrando su alza más alta desde 1991. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , acusó a Irán por el hecho y amenazó con responder. El Comandante del ejercito iraní, Amir Ali Hayizadeh, no se quedó atrás y dijo que las bases militares norteamericanas están al alcance de sus misiles.
El portavoz militar de los rebeldes yemeníes, Yahya Sarea, justificó los ataques sobre la petrolera saudí como una respuesta "legítima" a las agresiones de los últimos cinco años contra su país. Allí Arabia Saudita lidera una coalición militar en favor del gobierno reconocido internacionalmente, que acusó a Irán de estar detrás del ataque. “Los hutíes reivindicaron la responsabilidad para desviar las miradas lejos del régimen de Teherán”, afirmó el ministro de Información de Yemen, Muamar al Eryani, en Twitter. “Los datos políticos y militares, y la información preliminar sobre el acto terrorista (…) coinciden en que es imposible que el ataque se realizara desde zonas controladas por la milicia hutí”, remarcó Eryani.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reforzó estas acusaciones y subió la apuesta. "El suministro de petróleo de Arabia Saudita fue atacado. Hay motivos para creer que conocemos al culpable", escribió en su cuenta de Twitter, agregando que Estados Unidos está listo para atacar "dependiendo de la verificación" y que esperan conocer la versión del gobierno saudí para determinar cómo proceder. A su vez el gobierno norteamericano autorizó la liberación de petróleo de su reserva estratégica. “Están disponibles si es necesario, en una cantidad que aún debe ser determinada y que sea suficiente para mantener los mercados bien abastecidos", anunció Trump a través de su red social favorita
Por su parte el gobierno iraní desmintió cualquier responsabilidad en el hecho. La versión de Estados Unidos que vinculó a Teherán con el ataque “no tiene sentido” y se trata de “acusaciones ciegas” que no tienen “un mínimo de credibilidad”, señaló el vocero de la cancillería de Irán, Abas Musaví. “Este tipo de medidas se parece más a los planes de las agencias de inteligencia para destruir la imagen de un país con el objetivo de allanar el camino para llevar a cabo algunas acciones en el futuro”, advirtió el vocero iraní.
El Ejército iraní también lanzó amenazas a Estados Unidos. Todas las bases militares y las embarcaciones estadounidenses en el golfo Pérsico, en un radio de hasta 2.000 kilómetros, están al alcance del fuego de los misiles iraníes, afirmó el comandante de la División Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución (ejército) de Irán, Amir Ali Hayizadeh. “En cualquier punto en el que estén, es suficiente que se prenda la chispa de la guerra para que ataquemos sus naves”, dijo el militar.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque en un comunicado en el que pidió a todas las partes la “máxima contención” para evitar una “escalada” violenta en la región. “El incidente representa una amenaza real a la seguridad regional y perjudica los trabajos en aras del diálogo”, informó la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini.