Según dispuso la Organización Mundial de la Salud en mayo pasado, el 17 de septiembre será el primer Día Internacional de la Seguridad del Paciente. Este día de concientización se fijó con estadísticas en mano: las cifras catastróficas que arrojan los sistemas de salud a nivel mundial, como causantes de muertes y lesiones evitables dentro de ese mismo sistema que, se supone, está para curar. “Nadie debería ser dañado en la asistencia sanitaria. Y si embargo, por la atención insegura en hospitales, 134 millones de daños ocurren cada año en países de ingresos bajos y medios, ocasionando 2.6 millones de muertes al año. El 15% de los gastos hospitalarios pueden atribuirse a fallas de seguridad en el tratamiento del paciente. 4 de cada 10 pacientes sufren daños en la atención primaria y ambulatoria. Hasta el 80% de esos daños podrían evitarse”, asegura la OMS.
La idea de "seguridad del paciente" remite a la de mala praxis médica, pero no solamente: el error asistencial, la imposibilidad de aprender de ese error porque el sistema los tapa antes que registrarlos y prevenirlos en protocolos, las fallas sitémicas, la (falta de) calidad asistencial, la (des)humanización general de la medicina y sus consecuencias , contribuyen al concepto. La campaña de la OMS invita a las ciudades de todo el mundo a iluminar un monumento o un espacio público de naranja, como forma de concientización. En la Argentina, la ciudad que tomó la posta es Villa Gesell: allí se iluminará la plazoleta "René Favaloro", y el martes a las 17 habrá un acto declarado de interés municipal, recordando a Nicolás Deanna, un joven que murió a los 24 años por meningitis bacteriana, tras ser mal diagnosticado en reiteradas instancias, y en su figura, a todas las víctimas. Su mamá, Gabriela Covelli, encabeza una lucha que la ha vuelto referente en el tema, y desde las páginas Justicia por Nico Deanna y Mala Praxis Web asesora y nuclea a otras familias víctimas.
"Le tocó a mi hijo, pero nadie está excento. Y eso es lo que tenemos que dimensionar. No se trata de poner a los médicos en el lugar de 'asesinos' o de 'culpables' a priori. Se trata de cambiar un sistema que nos perjudica a todos, a los buenos médicos también", se posiciona Covelli. Siendo abogada, puede hablar con detalle de la causa penal que inició hace un año y medio, del modo en que estas causas se dilatan, de roles como el del Colegio de Médicos. Pero, sobre todo, de un proyecto de Ley que busca poner el foco no solo en lo punitivo, también en aspectos como el de la formación médica y en maneras de "humanizar la medicina". "El dolor es para siempre. Pero los que quedamos necesitamos que todo esto tenga un sentido, de algún modo. En mi caso, no es solo Justica por Nico: es encontrar el modo de ayudar a que no le vuelva a pasar a nadie más", reflexiona la mamá.
Nicolás Deanna fue atendido por el médico Ricardo Basilio Cap, en la Clínica del Bosque de Pinamar y en el domicilio del paciente, con un cuadro de fuerte cefalea, vómitos y fiebre. "Lo diagnosticó como una contractura muscular, teniendo un análisis de sangre que daba valores de glóbulos blancos totalmente anormales. No pidió una punción y le inyectó penicilina. A los tres días entró en coma por una meningitis bacteriana, y murió en el hospital", recuerda la abogada. "La causa penal lleva un año y medio, y la dilatan de diferentes formas. Por ejemplo, en ningún momento acusamos al Hospital de Pinamar, al contrario, resaltamos la buena atención que Nico tuvo ahí, aunque ya no se podía hacer nada cuando ingresó. Cuando el fiscal ordena hacer la pericia, los peritos contestan que todo el procedimiento realizado en el hospital era correcto. ¡Algo que nunca cuestionamos! Estas maniobras dilatorias son muy habituales en este tipo de procesos", observa la abogada.
El derrotero de Covelli la hizo llegar hasta la Corte Suprema de Justicia, que tiene competencia sobre Entidades Profesionales, hasta lograr que un Colegio Médico de la provincia de Buenos Aires abra dos sumarios al médico acusado. Ante el peligro de que le quiten la matrícula, el médico la canceló por enfermedad, y entonces el Colegio quiso dar por cerrados esos sumarios. "Presenté un nuevo escrito, porque si estoy luchando por todos, tengo que sentar un precedente", sigue contando Covelli. "Este señor podría seguir atendiendo y poniendo en peligro a otros. Por eso en el proyecto de ley pedimos que, mientras dure el juicio, se suspenda provisoriamente la matrícula. No estamos pidiendo que se adelante la condena, o que se prejuzgue: solo que se los aparte preventivamente, y que a nadie le convenga que los juicios se dilaten. Como ocurre con un docente, o un policía, cuando se ponen en riesgo a ellos y a terceros", postula.
Su proyecto de ley (uno entre muchos que esperan ser tratados) propone la suspención preventiva de la matrícula y el aumento de las penas para casos de evidente negligencia. También apunta a la humanización de la medicina, la obligatoriedad de revalidar el título periódicamente con cursos y exámenes (algo que no ocurre en todas las provincias), la informatización de las historias clínicas (como ocurre en la ciudad de Buenos Aires), la calidad asistencial en las clínicas y hospitales. "Los médicos no tienen la intención de matar, ellos se forman para salvar vidas. Pero cuando actúan con negligencia, las consecuencias de sus actos son irreversibles. Estamos hablando de la vida humana, y las estadísticas de la OMS son tremendas. La idea es que todos tomemos conciencia de que esto está pasando, y de que hay que hacer algo para solucionarlo", marca. El cartel que quedará colocado en la plazoleta René Favaloro llevará la frase de la campaña de concientización: "Si tu vida derramó tanto amor, que tu partida sirva para ayudar a otros".