Hombre acostumbrado al contacto con la política, el arzobispo de Salta Mario Antonio Cargnello dio que hablar esta semana por su sermón al presidente Mauricio Macri el domingo último en la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. “Llevate el rostro de los pobres”, le dijo en una inusual intervención al término de la misa en el atrio de la Catedral Basílica salteña.
Ya el año pasado, en la misma festividad, el arzobispo había pedido “a los que manejan la plata” que “miren el rostro de la gente que sufre. No se puede timbear de esta manera a costa de una Nación. No se pueden sentar sobre el llanto o la destrucción familiar de tanta gente”.
Nacido en San Fernando del Valle de Catamarca en 1952, donde se educó y formó como sacerdote y llegó a obispo, Cargnello tuvo exposición en la década de los 90, participando de las marchas de silencio en reclamo del esclarecimiento del crimen de la estudiante María Soledad Morales. Por entonces era párroco de la Iglesia de San Isidro, en el departamento Valle Viejo, pegado a la capital provincial.
En Catamarca, Cargnello fue asesor del obispo Elmer Miani, el mismo que en 1994 lo ungió también obispo, en una ceremonia “monstruosa”, recordó el periodista Eduardo Molas, presidente de Editorial Esquiú, que edita el diario del mismo nombre en Catamarca.
Molas conoce al arzobispo de Salta desde sus comienzos, cuando como asesor de Miani recorría los pasillos del diario La Unión, del Obispado de Catamarca, y donde el periodista se desempeñó por 22 años. Lo describió como una persona de “profundo conocimiento teológico”, “un estudioso” de las leyes religiosas y “muy bien visto” en el Vaticano.
Para el periodista, el mensaje del arzobispo al Presidente, cuando le recordó su promesa de pobreza cero, respondió a un reclamo del clero salteño. “Lo que dijo es fuerte, pero se lo dijo en un buen tono”, sostuvo.
“(Cargnello) no fue amigo de los Saadi”, aclaró Molas en respuesta a intervenciones televisivas que ubicaron al religioso del lado del ex gobernador de Catamarca, Ramón Saadi, quien fue destituido como consecuencia del escándalo desatado por el asesinato de la adolescente.
En cambio, Molas recordó otro dato curioso: junto a la madre y al padre de María Soledad, Ada y Elías Morales, Cargnello visitó al presidente Carlos Menem en Anillaco para pedirle que designara al comisario represor Luis Patti en la investigación del crimen, lo que generó más de una rispidez entre quienes apoyaban la lucha por el esclarecimiento.
Aquella ceremonia fastuosa de junio de 1994 fue también la despedida del cura de su provincia natal, porque fue designado obispo de la diócesis de Orán, en Salta, a donde llegó en julio de ese año.
Desde esa ciudad tropical, donde también acompañó reclamos de justicia por hechos resonantes, como la violación y asesinato de la joven Mariela Romero, Cargnello llegó a la ciudad de Salta, ya con el cargo de arzobispo, en agosto de 1999.
Aquí ya no participó de marchas en reclamo de justicia y su relación con las organizaciones sociales ha sido un poco más sinuosa. Muchos lo ven como un personaje más ligado al poder de turno y un hábil político.
El arzobispo ha despertado críticas de varios sectores de la sociedad salteña. Como en la represión a la protesta docente en 2005, cuando el gobernador era el actual senador nacional Juan Carlos Romero (Juntos por el Cambio), sobre las que el religioso guardó silencio.
También ha sido criticado por no colaborar con el esclarecimiento de denuncias de abusos sexuales por parte de sacerdotes y religiosos en Salta.
Y las organizaciones de mujeres suelen señalar sus posiciones machistas. “Es un misógino, un hombre retrógrado, un hombre que ha estado, y lo manifiesta públicamente, contra la educación sexual integral, porque quiere que la religión esté en las escuelas. Se ha manifestado también en otras oportunidades en contra de las sexualidades disidentes y también ha hablado él sobre la ideología de género, con lo que para mí es un hombre que lo que ha hecho siempre es alentar la desunión, el odio, el transodio, la misoginia, desde la Iglesia”, recordó ante Salta 12 la periodista y activista feminista Marca César, quien recordó que en 2014, Cargnello “hizo escribir una carta lamentable para que se leyera todos los días en las misas en contra el Encuentro Nacional de Mujeres. Le fue mal porque el Encuentro Nacional de Mujeres fue un éxito”.
“Es un hombre que ha estado muy lejos de las vertientes progresistas de la Iglesia, él no tiene nada que ver ni con los curas villeros ni con los Curas de la Opción por los Pobres, de hecho él se maneja en una 4x4” y “no es un hombre que vaya a recorrer barrios y ocuparse de los pobres”, añadió.
Política y religión
Cargnello suele expresarse de manera bastante asidua sobre las problemáticas terrenales. Por caso, en este año ha hablado de política electoral y la cuestión social en al menos cuatro exposiciones públicas en la Iglesia.
“Las situaciones de dolor y de injusticia son muchas veces frutos de quienes quieren ganar cueste lo que cueste, caiga quien caiga y muera quien muera”, lamentó en la homilía del 21 de abril, del domingo de Pascua, en la que también criticó “la situación en Venezuela que cada día es más dramática y la pobreza que se enseñorea en aquellos que caminan sobre la riqueza del petróleo por la falta de entendimiento, por la soberbia de unos pocos, por el no querer soltar el poder, por la borrachera del poder”.
El pasado 23 de junio, en el Corpus Christi, llamó a cuidar “nuestra tierra”: “Es la casa común y todos tenemos que cuidarla: cuidar nuestra casa, la calle, el barrio, nuestra ciudad. También hay que cuidar a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los que tienen dificultades para integrarse y son marginados por nuestra injusticia”.
E invitó a ser “responsables de nuestra sociedad, ciudadanos en serio que construimos vínculos (…) en la verdad y la búsqueda del bien común”, aunque también dijo que hay trabajar para formar ciudadanos “coherentes” que “cuiden la vida, para que respeten la familia y el derecho de la misma a la educación de los hijos”.
E hizo tres pedidos a los cristianos candidatos: “No jueguen con la verdad”; “no jueguen con las personas. Toda la comunidad queda herida por los insultos y por ese afán de destruir al otro”, y “busquen el bien común”.
En la homilía de la Fiesta del Milagro del año pasado dio un mensaje “fuerte” a quienes están en funciones de gobierno: “Por Dios miren el rostro de la gente que sufre. No se puede timbear de esta manera a costa de una Nación. No nos vengan a contar este cuento a aquellos que somos viejos, lo vivimos en el 2001, en 1989, en el 1975 (…). No se pueden sentar sobre el llanto o la destrucción familiar de tanta gente. Apuesten por el amor a los demás, por el bien de la patria”.
Cargnello ocupó diferentes cargos en la Comisión Episcopal Argentina y fue varias veces delegado por la región noroeste en la Pastoral. También integró el Consejo Episcopal Latinoamericano y fue miembro de la Pontificia Comisión para la América Latina.