Como parte de la persecución desatada contra Edward Snowden, Estados Unidos demandó al exempleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) por publicar su libro de memorias sin someterlo primero a una revisión de las agencias de inteligencia estadounidenses para las que trabajó, con la intención de evitar que perciba ingresos por las ventas de su obra. El nuevo libro de Snowden, "Permanent Record" (Vigilancia Permanente), es un recorrido por su vida que no incluye nuevas revelaciones sobre las agencias de seguridad estadounidenses.
Según un comunicado de la demanda presentada por el Departamento de Justicia estadounidense contra Snowden, que sacó a la venta su libro en 23 países, entre ellos Estados Unidos, Argentina, Brasil, Colombia, México y España, el pedido no busca "detener o restringir la publicación o distribución" del libro, pero sí "recuperar todos los ingresos ganados por Snowden debido a su fracaso a la hora de entregar su texto para su revisión previa a la publicación".
La demanda presentada señala que la obra de Snowden salió a la venta el martes sin haber sido presentada a estas agencias para someterse a una revisión previa a su publicación. A través de un tweet, Snowden les contestó que Vigilancia Permanente es "el libro que el gobierno no quiere que leas".
La acción judicial por vía civil también afecta a "las entidades corporativas implicadas en la publicación del libro de Snowden", según el Departamento de Justicia, que toma esa medida "solamente para asegurar que no se transfiera ningún fondo a Snowden" mientras se resuelve el caso en el tribunal estadounidense. La demanda cita al grupo editorial responsable del libro en Estados Unidos, MacMillan, y a la casa matriz de la que depende, Holtzbrinck, pero no menciona a Editorial Planeta, que editó las memorias en español.
"Edward Snowden ha violado una obligación a la que se comprometió con los Estados Unidos cuando firmó acuerdos como parte de su trabajo en la CIA y como contratista de la NSA", dijo el fiscal general adjunto para Asuntos Civiles, Jody Hunt. Según la demanda, presentada ante un tribunal federal en Alexandria (Virginia), esos acuerdos obligaban a Snowden a permitir que esas agencias revisaran cualquier información que pretendiera publicar y que se basara en datos confidenciales "obtenidos como resultado" de su trabajo.
Sobre Vigilancia Permanente
"Me llamo Edward Joseph Snowden. Antes trabajaba para el Gobierno, pero ahora trabajo para el pueblo. Tardé casi treinta años en reconocer que había una diferencia, y cuando lo hice, me metí en algún que otro problema". Así comienza Snowden su libro Vigilancia Permanente, un recorrido por su vida que no incluye nuevas revelaciones respecto a las que ya publicó en 2013, cuando abandonó Estados Unidos cargado con 1,7 millones de documentos que revelaron al mundo los programas de vigilancia masiva de teléfonos e internet de la NSA.
Además de la demanda civil, el Departamento de Justicia continúa acusando a Snowden de cargos relacionados con la publicación de esa información hace seis años, y el extécnico de 36 años vive en Moscú, Rusia, desde 2013 bajo un régimen de asilo temporal. "La decisión de presentarme al público con pruebas de los delitos del Gobierno me resultó más fácil de tomar que la decisión de ofrecer un relato de mi vida", asegura Snowden en el prólogo.
Parte del libro de Snowden es una celebración de los inicios de Internet, un medio que le fascinaba pero que, afirma, acabó corrompiéndose por lo que define como el "capitalismo de vigilancia": los intentos del Gobierno y las empresas de "monetizar la conexión humana". Eso derivó en lo que Snowden considera un "derecho humano fundamental", la privacidad, que sigue tan amenazada como cuando destapó los secretos de la NSA: "Ese declive no ha hecho más que continuar, mientras las democracias han retrocedido hacia un populismo autoritario", se lamenta.