Defender la soberanía de las Islas Malvinas es una cuestión de Estado que supera el tiempo y los gobiernos. Cuando hablamos de nuestras islas, no solamente debemos entender que defendemos la soberanía territorial o marítima, sino también la cultural, educativa y en este caso deportiva. La participación del seleccionado argentino en un torneo de Hockey en Miami marca un grave precedente que lastima nuestra lucha por la causa Malvinas.
Es la primera vez en la historia que una Selección Argentina se enfrenta a una formación de kelpers en una competencia internacional. Lisa y llanamente es una vergüenza lo que ocurrió durante el torneo de Hockey sobre hielo Latam Cup 2019.
Las justificaciones de La Asociación Argentina de Hockey sobre Hielo son ridículas y es lamentable el tibio pedido de explicación que realizó la Cancillería de nuestro país a los organizadores del torneo. ¿A quién se le ocurrió presentarse en ese torneo donde juega un equipo con jugadores que representan a quienes usurparon nuestro territorio? ¿Quién es el irresponsable? ¿Por qué no se presentaron a jugar? ¿Saben que la única Selección que representa a nuestras islas Malvinas debe ser la "Selección Nacional Argentina"? Además, Malvinas es parte de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. No un Estado vecino, es ¡Argentina!
Parece increíble tener que decirlo: resultó funcional a la finalidad de la estrategia británica de presentar a las Islas Malvinas como si fuera un territorio ajeno a nuestro país. Casualidad o no, el torneo es auspiciado por la misma línea área Latam que iniciará en pocos días más los vuelos a nuestras islas desde de Brasil vía Córdoba.
El decreto firmado por el gobierno nacional autorizando dichos vuelos, responde al interés exclusivo de los isleños para maximizar y beneficiar su actividad comercial y el recambio del personal que trabaja en la búsqueda de nuestra fauna ictícola e hidrocarburos.
Mientras tanto los kelpers acaban de exhibir nuevamente su antipatía y odio visceral hacia los argentinos en el stand de la Exposición Rural del Prado, que se realizó hasta el domingo pasado en Montevideo, Uruguay. En esa feria participaron bajo el nombre de "Falkland Islands", nombre que Argentina no reconoce.
Los británicos tratan una vez mas de imponer su versión, expresan la prepotencia de su imperialismo y demuestran que el plan neocolonial para la región avanza de forma alarmante. Lo que más sorprende es la inacción de la Cancillería, que no reclama con su diplomacia ni intercede sobre dicha provocación británica.
Esta prepotencia colonialista se realiza a tres años del acuerdo firmado entre las cancillerías argentina y británica, en el que la administración Macri concede todo lo pedido por la corona inglesa en temas como la libre navegación, la explotación de hidrocarburos y la posibilidad de vuelos a terceros países, dejando de lado la discusión sobre soberanía de las Islas Malvinas, tal como lo establece la resolución 2065 de Naciones Unidas desde hace más de 50 años.
Toda defensa por los derechos soberanos en Malvinas desapareció de la agenda. A pesar de ser un principio constitucional y un objetivo irrenunciable del pueblo argentino, nuestra Cancillería abandonó en estos 4 años toda defensa de la soberanía argentina en el Atlántico Sur y solo ha dejado avanzar los intereses británicos que, con su soberbia, continúan trabajando con las manos libres para falklanizar Argentina y la región.
En este presente nuestra Cancillería hace un doloroso silencio de radio que lastima. Por suerte todo pasa y hay vientos de esperanza para que las Malvinas vuelvan a ser una causa nacional y latinoamericana.
En definitiva, la única camiseta de Malvinas, es la celeste y blanca.
Periodista, ex combatiente e integrante de Grupo por Soberanía (GPS)alvinas: una pasión Argentina.