Desde Madrid
El partido radical, Vox, y la fuerza de derecha, Partido Popular, protagonizaron su primer enfrentamiento público por la violencia machista. El alcalde del PP, José Luis Martínez-Almeida, se cruzó con el argentino Javier Ortega Smith, referente de Vox en la capital española y uno de los dirigentes destacados de la fuerza de ultraderecha.
El entredicho, espontáneo y ante los micrófonos de diversos canales de televisión del país, se produjo a raíz de un acto del Ayuntamiento de Madrid, que realizaba un minuto de silencio por el asesinato reciente de una mujer a manos de su expareja.
El dirigente de Vox apareció durante el acto junto a otras personas con una pancarta en la que se leía “La violencia no tiene género”, para expresar su rechazo a lo que su formación considera una utilización política de la violencia machista. Ante la sorpresa que causó la aparición de Ortega Smith, el alcalde popular decidió acercarse para manifestarle su desacuerdo.
“No vengas con una pancarta distinta”, dijo Almeida en referencia a la oficial, que decía “¡Basta ya! No a la violencia de género”. “Nosotros no vamos a aceptar el discurso de la ideología de género, que es el que marca la izquierda. Estamos en contra de toda la violencia intrafamiliar, cuando asesinan a un hombre, a un niño...”, se justificó Ortega Smith.
La respuesta de Almeida fue contradictoria. Por un lado, dijo que lo entendía, y que él tampoco compartía la “ideología de género”, y “el feminismo del 8 de marzo”, en referencia a las masivas manifestaciones de mujeres que se produjeron los últimos dos años en Madrid para rechazar los asesinatos machistas y exigir la igualdad entre hombres y mujeres. Por otro, afirmó que el 20 por ciento de los homicidios en la ciudad durante el 2018 habían sido contra mujeres. “Es una realidad incontestable”, afirmó el alcalde antes de reclamarle una vez más que no le hubiera avisado que iba a presentarse allí para boicotear el acto.
El cruce representa el primer desencuentro entre ambas fuerzas desde que, en julio pasado, Vox brindó su apoyo para que el PP y Ciudadanos formaran el primer Gobierno de coalición en Madrid. Las negociaciones para alcanzar aquel acuerdo no habían sido fáciles por algunas exigencias de Vox, que el PP y Ciudadanos no parecían dispuestos a aceptar. Las más controvertidas, derogar las leyes para luchar contra la violencia machista y las que protegen al colectivo LGTBI. Este cruce público confirma lo que se sospechaba desde el momento en que se negoció el acuerdo de gobierno. Nadie sabe muy bien qué le prometió el PP a Vox para conseguir su respaldo.
Desde la oposición, cargaron contra las dos fuerzas derechistas. La concejal Rita Maestre, de la fuerza Más Madrid que capitanea Íñigo Errejón, afirmó que sin los votos de Vox, que “niega la violencia machista” que repudiaron en el acto, el Partido Popular y Ciudadanos no gobernarían el Ayuntamiento. El portavoz del PSOE en Madrid, Pepu Hernández, se mostró indignado por la falta de sensibilidad del partido radical con el asesinato de mujeres.
El enfrentamiento entre Vox y PP, además de producir una grieta entre las dos formaciones, es un gran regalo de campaña para el partido del presidente en funciones, Pedro Sánchez. Ya en campaña para las elecciones generales del 10 de noviembre, la ministra de Hacienda socialista, María Jesús Montero, había dicho por la mañana en una entrevista radial que la izquierda debía movilizarse para frenar a la ultraderecha en las urnas. El mismo argumento que ya había utilizado el PSOE para las elecciones del 28 de abril, y que piensan reutilizar, al margen de que las últimas encuestas muestran un descenso marcado de Vox.