Desde San Sebastián

El País Vasco vuelve a empaparse de cine. Como todos los años, durante los últimos días del verano boreal y el comienzo del otoño y durante diez intensas jornadas, la ciudad balnearia de San Sebastián recibe a una gran cantidad de películas, a sus hacedores y a miles de espectadores locales e internacionales. Si bien las proyecciones de la edición número 62 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, repartidas en una docena de salas, comienzan este viernes bien temprano en la mañana, la apertura oficial –con su alfombra roja y cobertura televisiva en vivo y en directo– tendrá lugar esta noche, cuando los telones de la inmensa sala 1 del centro Kursaal se descorran para iniciar la proyección de Blackbird, el film del realizador Roger Michell que tendrá aquí su estreno europeo luego del reciente paso por el Festival de Toronto. Protagonizada por Susan Sarandon, Kate Winslet, y Sam Neill, esta historia sobre una mujer que reúne a los miembros de su familia para comunicarles que ha decidido dejar de vivir es uno de los diecisiete largometrajes que formarán parte de la Sección Oficial del Donostia Zinemaldia, el nombre del festival en idioma euskera.

Sosteniendo contra viento y marea su categoría de festival clase A, sello que la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos le otorga a apenas quince eventos internacionales, (Cannes, Berlín, Venecia, Locarno, Mar del Plata, entre ellos), el encuentro comandado desde hace ocho años por José Luis Rebordinos conjuga en su programación los estrenos mundiales, reunidos en su mayoría en la competencia principal, con la exhibición de un puñado de films que ya han pasado por otros festivales y son considerados por el periodismo especializado como indispensables. La selección de Horizontes latinos pone de relieve la producción del continente americano al sur del Río Bravo, mientras que las secciones New Directors y Zabaltegui-Tabakalera se destacan por una oferta ligada a la novedad y a los nombres aún no consagrados. A su vez, la necesidad de incluir en la programación ciertos títulos que faciliten la llegada de estrellas conocidas por el gran público terminan de delinear un delicado equilibrio que, año a año, debe ser recalibrado meticulosamente.

La Sección Oficial, principal vidriera de la curaduría y punto de eclosión de las galas, trajes y vestidos largos de ocasión, incluye este año el regreso del español Alejandro Amenábar al cine hablado en castellano Mientras dure la guerra, un retrato sobre la Guerra Civil centrado en el célebre escritor Miguel de Unamuno–, la ópera prima como realizador del actor portugués Gonçalo Waddington, Patrick, la mexicana Mano de obra, del también debutante David Zonana, el segundo largo de la alemana Ina Weisse, The Audition, que transcurre en un instituto de música de alto nivel, A Dark-Dark Man, del realizador oriundo de Kazajistán Adilkhan Yerzhanov y la película brasileña Pacificado, dirigida por el estadounidense Paxton Winters, entre otros títulos llegados de países como China, Francia, Chile, Irlanda y el Reino Unido. De la partida también será Zeroville, el nuevo largometraje como director de James Franco, quien regresa a la competencia central de San Sebastián a dos años de haber ganado aquí la Concha de Oro con The Disaster Artist: Obra maestra.

Son varias las películas argentinas que serán exhibidas en secciones paralelas, pero este año no hay ningún título de ese origen compitiendo en la principal sección del festival, aunque la presencia de la actriz Mercedes Morán en el jurado y la inclusión fuera de concurso de La odisea de los giles garantiza el voceo en los cines, salas de conferencia y calles de la ciudad. Los dos Darín, padre e hijo, presentarán en España la película de Sebastián Borensztein, que hace apenas una semana fue nominada en la categoría Mejor Película Iberoamericana de los premios Goya y tendrá su lanzamiento comercial en España a finales del mes de noviembre. El contingente de invitados recién llegados desde nuestro país incluye a la realizadora Paula Hernández, cuyo nuevo largometraje, Los sonámbulos, forma parte de la competencia Horizontes latinos, y a su par Ana García Blaya, directora de la ópera prima Las buenas intenciones, que pugnará por obtener algún premio en el programa New Directors (antes conocido como Nuev@s Director@s). Ambos films acaban de presentarse en Toronto, uno de los festivales que comparten calendario y muchos cruces de títulos y artistas con San Sebastián.

Quien estará de estreno absoluto es el documentalista Andrés Di Tella, cuya Ficción privada, un ensayo cinematográfico sobre la memoria personal, familiar y colectiva, será presentada en la ecléctica y exigente (en términos creativos) sección paralela Zabaltegi Tabakalera. Por allí andará el programador francés Jean-Pierre Rehm oficiando de jurado, toda una garantía de rigor y profesionalismo. En tanto, el documental La ola verde (Que sea ley), de Juan Solanas, que fue presentado al público en la última edición del Festival de Cannes, será proyectado en la ciudad de los pintxos un par de semanas antes de su estreno en la Argentina. El resto del “paquete argento” a desenvolverse en San Sebastián incluye películas ya estrenadas en nuestro país, aunque inéditas en España, como el debut como realizadora de la actriz y escritora Romina Paula (De nuevo otra vez, en competencia en Horizontes latinos), además de un par de cortometrajes dirigidos por Martín Rejtman (Shakti) y Manuel Abramovich (Blue Boy). Finalmente, la escritora y subeditora del suplemento Radar Mariana Enríquez forma parte del jurado de la sección New Directors, integrada por catorce largometrajes de realizadores noveles.

Argentina también estará presente como coproductor de películas rodadas en otros países latinoamericanos. Es el caso de las uruguayas Así habló el cambista, de Federico Veiroj (su estreno tendrá lugar en el Río de la Plata el próximo jueves 29), y Los tiburones, que fue lanzada en un par de salas porteñas luego de su paso por el Bafici. La colombiana Monos, de Alejandro Landes, también tuvo una participación económica de nuestro país, como así también la chilena El príncipe, de Sebastián Muñoz. La presencia latinoamericana es siempre uno de los puntos fuertes del Festival de San Sebastián y no sólo por la sección específicamente dedicada a los films producidos en el continente americano. Repartidas en los diversos programas del catálogo, las salas donostiarras serán testigos de la exhibición de títulos como Araña, del chileno Andrés Wood, La llorona, del guatemalteco Jayro Bustamante, Chicuarotes, nuevo largo como realizador del mexicano Gael García Bernal, la peruana La bronca, de los hermanos Daniel y Diego Vega, y Algunas bestias, del también trasandino Jorge Riquelme Serrano. Hablando de Chile, el legendario documentalista Patricio Guzmán viajará para presentar su última película, La cordillera de los sueños, que viene de ganar el premio L'Oeil d'Or al mejor documental en el Festival de Cannes.

Además de un programa, sumado en tiempos recientes, dedicado a documentales y ficciones con temática culinaria –que incluye el doc La leyenda de Don Julio: corazón y hueso, del realizador argentino Alfred Oliveri, dedicado a un parrillero que ha transformado “una simple parrilla de barrio en el mejor asador de carnes del mundo”, según reza la sinopsis oficial– y de las paralelas Perlak, Made in Spain y las Galas del cine vasco, el Donostia Zinemaldia siempre se ha caracterizado por ofrecer jugosas y completas retrospectivas, usualmente acompañadas por la edición de un lujoso libro con textos e imágenes. Este año el homenajeado será el mexicano Roberto Gavaldón, cineasta del período clásico de quien se exhibirán, en copias restauradas, diecinueve largometrajes realizados en los años 50 y 60. Excelente oportunidad para recuperar el nombre de un cineasta de enorme éxito comercial en México y que supo representar a su país en los festivales de cine más importantes, pero que hoy parece algo olvidado por las nuevas generaciones de espectadores y cinéfilos. El festival también incluye en su programación 2019 las recientes restauraciones de Mishima: una vida en cuatro capítulos, de Paul Schrader, El ladrón de caballos, del chino Tian Zhuangzhuang, y la monumental Sátántangó, el film de siete horas y media del húngaro Béla Tarr, pieza de resistencia de la cinefilia del siglo XXI. Será cuestión de sentarse y esperar a que se apague la luz y se enciendan los proyectores.

Sección oficial

Los films que integran la Sección Oficial del 67° Festival Internacional de Cine de San Sebastián son los siguientes: 

* Blackbird (La decisión), de Roger Michell (EE.UU).

* A Dark-Dark man, de Adilkhan Yerzhanov (Kazajistán-Francia)

* The Audition, de Ina Weisse (Alemania-Francia)

* And the Birds Rained Down, de Louise Archambault (Canadá)

* La hija de un ladrón, de Belén Funes (España)

* La trinchera infinita, de Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga (España-Francia).

* Lhamo and skalbe, de Sonthar Gyal (China).

* Mano de obra, de David Zonana (México)

* Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar (España-Argentina).

* Pacificado, de Paxton Winters (Brasil)

* Patrick, de Gonçalo Waddington (Portugal-Alemania)

* Próxima, de Alice Winocour (Francia-Alemania)

* Rocks, de Sarah Gavron (Reino Unido)

*Thalasso, de Guillaume Nicloux (Francia)

* The Other Lamb, de Małgorzata Szumowska (Irlanda-Bélgica-Polonia-EE.UU.)

* Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, de José Luis Torres Leiva (Chile-Argentina-Alemania)

* Zeroville, de James Franco (EE.UU.)

 

FUERA DE CONCURSO

* The Song of Names, de François Girard (Canadá-Reino Unido-Hungría)

* Diecisiete, de Daniel Sánchez Arévalo (España)

 

* La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein (Argentina-España)