1990. Fines de agosto. A casi un año de publicar el lisérgico y espeso Don Lucero, Luis Alberto Spinetta da dos conciertos en el aula magna de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Lo acompañan el tándem Cardone-Fontana en teclados; Javier Malosetti en bajo; Guillermo Arrom en guitarra y Marcelo Novati en batería. Toca una bella versión de “Amor de primavera” (Tanguito); revisita “Parvas”, del segundo disco de Almendra y, entre otras piezas de su acervo, estrena dos que jamás serán grabadas en estudio: “Sicosisne” y la viscosa “Frazada de Cactus”. Meses después, ese toque se transformaba en el primer y único disco en vivo de su trayecto solista: Exactas.
Elipsis temporal hasta el 2008. Ese año sale Un mañana, su último disco en vida. Es hermoso. Tiene temas erizapieles como “Hiedra al sol”, “Mi elemento” y “Tu vuelo al fin”. Y otro que resalta. No es de él. Es de su padre Luis Santiago y se llama “Hombre de luz”. Una de sus frases dice: “Hombre de luz que vuelas al espacio, señálame la ruta al sol…”. Aquel lugar, entonces, y este nombre cerraron sentidos para que, a través de una especie de conexión de coordenadas cósmicas, Luis Alberto baje otra vez a la tierra.
Pasado en limpio esto, resulta que este sábado a las 18 horas una pléyade de músicos que vivieron al Flaco en el mejor de los sentidos lo homenajearán en ese lugar (Exactas) y bajo ese nombre (Hombre de luz). “Qué nombre bello para un alma de diamante como la de Luis”, coincide Claudia Puyó, una de las partícipes. Otro será el explosivo violero Baltasar Comotto, que acompañó al primus inter pares del rock argentino durante buena parte de sus últimos años: “Haber tocado con Luis en distintas formaciones y haberlo conocido marcó mi vida para siempre y en todo sentido, no solo en lo musical y en lo artístico, sino también en lo humano. Será un honor estar”, dice él, conciso y al pie.
Pero la contundencia de la palabra, en cambio, llega de parte de uno de los músicos que estuvo ahí, en uno de las facultades de la Ciudad Universitaria (Guiraldes 2160), los días 30 y 31 de agosto de 1990. Y que volverá a hacerlo casi treinta años después: Javier Malosetti. “Nunca más volví a pisar el auditorio desde aquellos días, por eso siento que ahora me voy a comer un flashback. Es muy movilizador para mí volver ahí, a tocar la música de Luis, con artistas que han tenido un rol muy significativo en su obra”, se entusiasma ante Página/12, paladeando el concierto que, además de Puyó y Comotto, compartirá con Rodolfo García, Daniel Ferrón, Leo Sujatovich, Daniel Colombres, Machi Rufino, Gustavo Spinetta, Lito Epumer y Emilio del Guercio, entre otros.
“Somos todos músicos, amigos y fans de Luis en una situación que tiene mucho de su mundo. Me refiero al hecho de tocar en Exactas para los universitarios y bajo un fin solidario como recolectar alimentos no perecederos. En lo que a mí refiere, a diferencia de los Marcapiel 1, 2 y 3, homenajes al Flaco que me tuvieron como eje, este trabajo me vino. He sido convocado para encargarme de la artística, de la convocatoria de los artistas y de la lista de temas, además de los ensayos y de la previa. Por supuesto que es algo que tomo con orgullo y compromiso”, encuadra el bajista que en el Exactas original la descosió en el solo de “La Herida de París”. “Respecto del nombre, se nos ocurrió que tenía que ser el título de una canción, pero que no solamente nos remitiera a eso, sino también que hable de él. Por eso, Hombre de luz no puede ser más claro para clasificar a Luis… él era una persona muy luminosa y ese nombre hace justicia porque es poético y cortito”.
Rodolfo García también repara en el nombre y dice: “Para mí sintetiza lo que fue Luis como músico y como persona, porque es un tipo luminoso desde su gran caudal creativo hasta su don de gente… creo que, para quienes lo conocemos, no se nos ocurre un nombre mejor”. García tiene pensado cantar “Leves instrucciones” a dúo con Del Guercio y tocar la batería en “Ana no duerme”, dos temas que vio nacer en el seno del maravilloso Almendra. El concierto, en tanto, se transmitirá en vivo por una pantalla gigante ubicada en el parque del Pabellón 2 de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, y los alimentos que lleven los asistentes serán donados a la ONG a la que Luis dedicó la atención en sus últimos años de su vida: Conduciendo a Conciencia. El homenaje, además, se inserta dentro de un marco mayor: una iniciativa cultural de la Federación de Docentes de Universidades cuyo nombre es Manifiesto Cultural Fedun.