Y dale Juana con la canasta, otra vez más de lo mismo. La revista Vogue París acaba de sacar en su tapa haciendo historia y haciéndole el honor, según dice la megafashion publicación, a una hermosa mujer brasileña, Valentina Sampaio, ejemplo de perfección, en su gloriosa tapa. Ya se sabe que salir en la tapa de Vogue, sea cual sea, es como ganarse el Toto Bingo, pero esta vez podríamos decir que ha sido como ganar el Trolo Bingo. La bella mujer de dicha tapa resulta ser una auténtica chica trans con bombos y platillos. La tapa reza “Belleza transgénero” y por ahí en un comentario leo “error de la naturaleza”. Nada nuevo bajo el sol: presentan con orgullo y aires de moderna liberación a una chica trans muy jovencita y realmente bella, porque si algo tiene la Vogue, es recalcarnos todo el tiempo los cánones establecidos de belleza dejando siempre de lado a la bestia.
Al ver esa tapa que me la pasó una amiga no pude dejar de imaginar las frases de las o los lectores: es hermosa parece mentira que haya nacido pibe, no lo puedo creer parece una mujer. Además de preguntarse más de uno qué tendrá debajo de la bombacha (¿Será una mujer con manija? ¿Se lo habrá sacado? ¿Estará operada?), la bella modelo en cuestión hace que me pregunte realmente: es hermosa pero ¿la tapa la habría conseguido sin ser lo que es? ¿Qué llevó a la revista a exponerla como bello monstruo de feria realmente? ¿Su estética o lo que quizás tenga o haya tenido entre sus piernas?
Algún día esa revistita podría poner en su tapa una trava vieja. O una con sombra de barba o espalda de boxeador, que sé yo, algo más acorde a la realidad de las calles. Quizás muchas chicas trans quieran ser mujeres y me parece bárbaro pero no nos quieran hacer creer boludeces porque ya sabemos que a la hora de mostrar mujeres sean del sexo que sean la Vogue es una sucursal de Disney, donde de vez en cuando para sacarse de encima el karma de la perfección o el racismo crean una negra o una indiecita.
Cuando camino por la ciudad siempre miro a la gente que me rodea y la verdad es que veo muchas más bestias que bellas. No pienso salir mostrando el culo en ninguna revista como Florencia Peña, que dicho sea de paso, puede ser la envidia de cualquiera, y de la Vogue a esta altura no creo que me llamen pero, quién te dice que con un poco de suerte una tapa de la revista Chacra me espere. Arriba las gordas, las feas, las peludas, las petisas y las que sean. Ninguna tapa te tiene que decir cómo tenés que ser así que lo mejor que podés hacer es ocuparte de ser feliz seas como seas. Ponele la tapa a los mandatos de belleza y que la Vogue y Disney se vayan a la mierda. l