Entre fines de 2004 y principios de 2005, Leandro Maseroni dejó su San Pedro natal con destino a Rosario. Y aunque el objetivo central fue el de conseguir trabajo, Maseroni vino también con su música a cuestas. O, cuanto menos, con un legado musical heredado de su padre cantor, con la sonoridad del folklore como punto de partida para, ya instalado en esta ciudad, comenzar a vincularse con docentes, con autores, con colegas que colaborarían para que definiera su propio perfil autoral. Una voz que encuentra su primera muestra en Círculos abiertos (EMR, 2016), disco donde el cantante y guitarrista se ubica dentro de una línea de canción popular que lo vincula ya a nombres como el de Jorge Fandermole y, también, con el de muchos de los artistas que aportaron su talento a esta obra debut.
Porque en Círculos abiertos desfilan, entre otros, Martín Neri, Juancho Perone, Julián Venegas, Mercedes Borrell, Mariano Sayago, Luciano Ruggieri, Lucas Querini, Emilio Madeo, Agustín Casenove y Fernando Silva. Mañana (a las 21 en el Túnel 4 del Centro Cultural Parque de España), muchos de ellos lo acompañarán en la presentación oficial de un disco que refleja el salto autoral de Maseroni, que en diálogo con Rosario/12 reconoce: "Durante todo el proceso en el que se fue gestando el disco se fue sumando la gente, los amigos, de una manera espontánea, aportándole mucha musicalidad. Son músicos muy reconocidos, muy buenos músicos. Me he ido nutriendo de ellos en los procesos de gestación de las mismas canciones. Por ejemplo, Marcelo Stenta (que no pudo estar en el disco pero que sí va a estar en la presentación) fue mi profesor de guitarra durante muchos años, y la mayoría de las canciones se las mostraba en las clases, las laburamos juntos. Ahí hubo una direccionalidad... Uno va tomando cosas de la gente que va escuchando y con la que va compartiendo".
Entre la formación en la Escuela de Música de la Universidad Nacional de Rosario, su paso por distintos talleres, las clases con Stenta y los diversos encuentros con músicos de la ciudad, Maseroni fue delineando entonces un perfil autoral que, según él mismo reconoce, se encuadra en ese amplio espectro de "música rosarina, en la cual se forma un híbrido bastante interesante con el folklore y otros tipos de músicas, trova, rock nacional, jazz". "Creo que la cuestión de la composición se fue alimentando a raíz de pasar por todos estos circuitos de aprendizaje --apunta el compositor--. No recuerdo de chico, en San Pedro, haber pensado en componer una canción, para mí eso eran cosas de los grandes, para mí componían Charly, Fander..."
En ese sentido, la influencia de Fandermole se intuye como una de peso, ya no sólo desde el aspecto musical sino, también, poético. Una tarea, la de la escritura, que Maseroni asume "como un trabajo". "En el disco hay letras de Mario Bernachea, un músico de Puerto San Martín, y de Cristián Vega (que es rosarino y también hizo el arte gráfico del disco, que está buenísimo). Y todos nos nutrimos de Fander. Por mi parte, en cuanto a la búsqueda de las letras siempre fue lo que más me costó. Al principio, cuando empecé a componer, no quería arrimarme al lápiz, siempre buscaba en los demás, pero en algún momento surge la necesidad de decir algo. En mi caso tiene que ver con trabajar mucho con las letras. Dentro de mis posibilidades trato de ser lo más minucioso para darle una forma a la letra, que tenga un sentido".
Luego de la presentación oficial en el CCPE, Maseroni continuará presentando Círculos abiertos en formato de banda y, también, en un dúo de guitarras junto a Casenove. "Venimos trabajando hace mucho, sentimos que podemos conectar bien, apuntamos estéticamente para el mismo lado", adelanta el talentoso autor.