Nahuel Guzmán es uno de los futbolistas más comprometidos con los derechos humanos. Su nombre aparece siempre asociado al de Claudio Morresi, ex futbolista y ex secretario de Deportes durante el kirchnerismo entre el 2004 y el 2014. Morresi, hermano de Norberto, acribillado a balazos por un comando militar durante la última dictadura, es hijo de Julio, un emblemático padre de Plaza de Mayo y por eso mostró su compromiso con los organismos desde los tiempos que asomaba en la primera de Huracán. Cuando dejó de jugar su militancia cobró otra dimensión.
Miembro de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Morresi fue un activo propulsor de fotos y solicitadas de futbolistas de clubes y de la selección nacional reclamando por la restitución de los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Morresi fue el creador del espacio de Deporte y Derechos Humanos de la Ex Esma en el que se recuerda muy especialmente a todos los deportistas desaparecidos durante la dictadura entre quienes se cuentan el delantero Carlos Rivada y el arquero Antonio Piovoso, ambos fútbolistas de Huracán de Tres Arroyos. Morresi fue el nexo entre las Abuelas y muchos destacados jugadores como Diego Maradona, Lionel Messi y Enzo Francescoli, entre muchos otros que se fotografiaron con ellas para llamar la atención sobre su lucha.
Angel Cappa, que en su juventud tuvo una militancia política comprometida, también se reconoció muchas veces admirador de la lucha de las Madres y las Abuelas. Cuando dirigía a Huracán, en el 2009, fue a visitar el predio de la Ex Esma junto con Mario Bolatti, Carlos Arano y Paolo Goltz, en representación del plantel.
Kurt Lutman, ex jugador de Newell’s, es otro de los que se anotan en primera fila cuando se trata de manifestarse públicamente en favor de los derechos humanos, como el caso de la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado. Lutman, autor de los libros El agua y el pez y Semillas para barriletes, escribió un hermoso cuento recordando el caso de Mauo Amato. En pleno gobierno de Bussi en Tucumán, Amato, que jugaba en Atlético hizo un gol contra Godoy Cruz, se levantó una remera y mostró la inscripción que en los medios locales causó sorpresa. Inspirado en ese hecho Lutman escribió un hermoso cuento ubicando la escena en un partido entre Atlético Tucumán y San Martín. Pero lo que no cambió fue la descripción de la remera: cuatro pañuelos blanco sobre fondo negro y la frase "Aguanten las Madres".