Este lunes comenzó el juicio de cesura contra el ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra, declarado culpable por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” tras haber obstruido un aborto no punible sin informarle a la paciente, una joven de 19 años que había sido violada y había tomado misoprostol para desencadenar la interrupción legal de su embarazo. En su declaración, el médico antiderechos aseguró que le gustaría hablar con la joven R.P., aunque ella tenga quiera decirle algo "malo".
La madre de la joven R.P. acusó al abogado defensor de Rodríguez Lastra de haber enviado una monja para "convencer" a la víctima de hablar con el médico.
El ginecólogo no respondió preguntas ni habló del hecho en sí. En cambio, se explayó acerca de sí mismo, su vida familiar y su vocación por la medicina.
En esta instancia, finalmente no declaró la propia víctima, como se esperaba. En su lugar, una psicóloga brindó testimonio acerca de los traumas que le produjo a la joven la situación en la que quedó por la obstaculización del aborto a que la sometió Rodríguez Lastra.
El juez Álvaro Meynet tendrá cinco días hábiles para decidir la pena que aplicará contra el ginecólogo. En el veredicto dictado a fines de mayo, el magistrado consideró que Rodríguez Lastra llevó adelante “una maniobra dilatoria”, exigió requisitos que el acceso a la interrupción legal del embarazo no requiere y mintió, primero a la paciente y luego a la justicia, para forzar la continuidad de la gestación.
Según indicaron desde el Ministerio Público Fiscal, los testimonios buscan detallar cómo era Rodríguez Lastra como profesional y cómo se manejaba en tanto jefe del Área de Ginecología del hospital cipoleño. No se indagará, sin embargo, sobre la campaña en contra del aborto que encabezó tras su imputación ni sobre su candidatura a diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la lista “Ciudad Celeste, por la Vida y la Familia”.
Los 14 testigos convocados por el fiscal Santiago Márquez Gauna y la adjunta Annabela Camporesi declararon sobre el daño que Rodríguez Lastra provocó a R.P., la joven que el 2 de abril de 2017 fue internada en contra de su voluntad por orden del ginecólogo, sin ser informada, y recibió medicación que le interrumpió el aborto no punible en curso. Después de esa traumática experiencia, R.P. debió ser internada en otras ocasiones y se le realizó un extenso tratamiento psicológico.
La fiscalía también usó como prueba los seis sumarios abiertos en contra de Rodríguez Lastra por denuncias de pacientes y de compañeros de trabajo. En cinco de esos casos, las denuncias fueron radicadas por mujeres; la sexta, por una pareja.
La defensa, a cargo de Damián Torres, pidió que los testigos no fueran interrogados acerca de esos sumarios, para no afectar el derecho a defensa del médico antiderechos. Sin embargo, el juez Meynet evaluó que eran palabras pertinentes en el proceso y permitió las preguntas.
La intención de la defensa, aseguró Torres, es sobrellevar esta instancia de “la manera más tranquila posible” por lo que, según dijo a los medios locales, actualmente sólo “está pensando en la impugnación de la culpabilidad”. En cuanto al médico, aseguró que “está tranquilo, aunque angustiado como lo ha estado siempre por esta situación”.
Rodríguez Lastra no cuenta con antecedentes penales, lo que será considerado un atenuante e imposibilitará el pedido de la pena máxima comprendida para este delito, que establece un máximo de 2 años de prisión en suspenso e inhabilitación por el doble de la pena.