En menos de 48 horas, tres mujeres fueron asesinadas en el marco de diferentes casos de violencia de género durante el fin de semana. En los tres casos, dos en Tucumán y uno en Santa Fe, los femicidas fueron las parejas o exparejas de las víctimas.
Luciana tenía 18 años y fue asesinada de un disparo. María Alejandra, de 25, fue apuñalada. María Paz, que tenía 17, fue estrangulada y golpeada hasta morir. Es el segundo fin de semana que la violencia machista marca otro récord de muertas. El fin de semana pasado, hubo cuatro femicidios: dos en la provincia de Buenos Aires, uno en Neuquén y otro en Santa Fe.
Luciana tenía 18 años y un bebé
El sábado, una joven de 18 años fue asesinada de un disparo y su hermano fue baleado en una pierna en una vivienda de la ciudad de San Miguel de Tucumán. El principal sospechoso del femicidio es la expareja de la víctima, con quien la joven tenía un bebé de cinco meses.
De acuerdo a las primeras investigaciones, Luciana Frías, como se llamaba la chica, se encontraba en el domicilio de sus padres, en Silva al 2100 de la capital tucumana, donde protagonizó una discusión con su expareja, Nicolás Suárez.
Según contaron los testigos, la joven lo habría echado de la casa a Suárez, con quien tenía un bebé de cinco meses, pero éste regresó con un arma de fuego de grueso calibre.
El agresor hizo varios disparos y dos de ellos impactaron en los hermanos Frías: uno hirió en la pierna a Francisco Exequias (21), y el otro ingresó por el hombro de Luciana y se alojó en el tórax, causándole la muerte.
Suárez se escapó y los familiares de las víctimas trasladaron a los heridos en un auto particular hacia el hospital Padilla, adonde la joven llegó fallecida, en tanto su hermano fue atendido y quedó fuera de peligro.
Los investigadores intentaban localizar al asesino, quien tenía pedido de captura por un robo y era buscado por la División Prófugos de la Policía de Tucumán.
María Alejandra tenía 25 años y dos hijos
En tanto, también el sábado en Tucumán una joven de 25 años fue asesinada a puñaladas en la localidad de Garmendia y por el femicidio detuvieron a su expareja, informaron fuentes judiciales. María Alejandra Coronel se encontraba el sábado a la noche junto a sus dos hijos y otros familiares en un domicilio situado en el barrio Las Palmeras, en el noreste tucumano, cuando llegó su expareja, Alejandro Robles.
De acuerdo a los testigos, durante la reunión familiar, Juan Gabriel Gárnica (21), un primo de los Coronel, se dirigió hasta el baño ubicado en el fondo de la propiedad y en ese momento fue atacado con un cuchillo y sufrió un puntazo a la altura del mentón.
Tras esa primera agresión, el mismo atacante regresó al interior de la casa y apuñaló a la joven que se encontraba en una de las habitaciones junto a uno de sus hijos y un hermano. María Alejandra murió en el lugar.
Los propios familiares de la joven asesinada redujeron a Robles cuando intentaba escapar de la casa. En la escena del crimen se secuestró un cuchillo que será sometido a peritajes para determinar si se trata del arma homicida. Robles quedó detenido a disposición de la Fiscalía Especializada en Homicidios II, subrogada por Adriana Giannoni.
María Paz tenía 17 años y fue estrangulada
Una adolescente de 17 años fue estrangulada y asesinada a golpes en la localidad santafesina de Frontera, en el límite con la provincia de Córdoba, y por el crimen fue detenido su novio, de 16.
Fuentes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Santa Fe dijeron que la chica, identificada como María Paz, era oriunda de la ciudad cordobesa de San Francisco, lindante al oeste con Frontera, al igual que el detenido.
El cuerpo de la joven fue encontrado el domingo por la tarde en una vivienda situada en la calle 11 al 600, en el barrio San José. Las primeras pericias indican que en primer lugar fue estrangulada y luego rematada a golpes con un objeto contundente.
Fuentes policiales señalaron que el cuerpo tenía marcas en el cuello y que presentaba hematomas en otros lugares, al parecer provocados con golpes de un elemento de metal.
El fiscal del MPA de Rafaela, Guillermo Loyola, ordenó una serie de pericias en la escena del crimen y la realización de la autopsia, para lo cual dispuso el traslado del cuerpo a la morgue de Rafaela.
Familiares y amigos de la pareja señalaron que el joven tenía antecedentes de violencia de género.