Las fuerzas iraquíes asestaron ayer un golpe al grupo terrorista Estado Islámico (EI) al arrebatarle el aeropuerto de Mosul, uno de los puntos más estratégicos de esta ciudad del norte de Irak.
La batalla por el control del aeropuerto duró alrededor de seis horas y en ella las tropas del Ejército y de la Policía Federal lograron abatir a decenas de jihadistas, según anunciaron los responsables de la operación. Esta es la primera gran victoria de las fuerzas iraquíes en la orilla oeste del río Tigris, que atraviesa Mosul de norte a sur y donde se encuentra el último reducto del EI en la ciudad. Los aviones de la coalición internacional liderada por Estados Unidos bombardearon medio centenar de veces el aeropuerto y la artillería iraquí lo golpeó insistentemente para debilitar al enemigo antes de iniciar el asalto con fuerzas de infantería. Inmensas columnas de humo provocadas con los bombardeos se podían apreciar desde la orilla este del Tigris.
El mando de las Operaciones Conjuntas destacó en un comunicado el “gran papel” desempeñado por la aviación, tanto iraquí como de la coalición internacional antijihadista, que realizó decenas de salidas y golpeó los objetivos, y mató a “un gran número de terroristas” durante el día de ayer. El comandante de la Policía iraquí, Shaker Yaudat, detalló en declaraciones que tanto las pistas de aterrizaje del aeropuerto, como los vestíbulos y los alrededores de las instalaciones ya están en el poder de las fuerzas gubernamentales. Los blindados de la Policía limpiaron asimismo la pista de aterrizaje principal, en la que los jihadistas habían colocado bloques de cemento para evitar su uso. Además de las decenas de bajas infligidas al EI, la operación también se saldó con el arresto de doce de sus combatientes, entre ellos algunos procedentes de países occidentales, aunque las autoridades no precisaron sus nacionalidades.
Asimismo, fueron destruidos varios vehículos bomba y decenas de artefactos explosivos, y se descubrieron arsenales de armas, talleres para fabricar bombas y túneles que el EI empleaba para moverse por la ciudad bajo tierra. Después de conquistar el aeropuerto, las tropas iraquíes también asaltaron y consiguieron hacerse con el control de la mayor parte del vecino cuartel de Al Gazlani, uno de los más importantes de la ciudad y en la que el Ejército dejó un gran arsenal cuando se retiró de Mosul en 2014 ante la llegada de los jihadistas. Las fuerzas iraquíes avanzaron desde cuatro direcciones e irrumpieron en los dos primeros barrios de la zona oeste de Mosul, Tel al Raman y Al Maamun, el primero de los cuales fue liberado por completo, mientras que en el segundo los terroristas presentaron más resistencia. En ese frente de batalla, un total de diez vehículos bomba fueron destruidos, además de 60 artefactos caseros, y un número indeterminado de radicales fue abatido, según el mando de las operaciones.
Además, las fuerzas iraquíes tomaron el control de una fábrica de azúcar, de las viviendas de los trabajadores de la misma y de la principal planta eléctrica del oeste. Los ataques de ayer son los primeros que se realizan en el casco urbano de la mitad oeste de Mosul, después de que las fuerzas iraquíes conjuntas comenzaran el pasado domingo su ofensiva en la periferia suroccidental de la urbe. A lo largo de esta semana, las tropas se encargaron de sitiar Mosul por completo y de cortar las carreteras que conducen hacia la ciudad siria de Al Raqa, capital del “califato” proclamado por el EI en 2014 en los territorios bajo su dominio en Siria y en Irak. Debido al asedio, en la ciudad, donde permanecen cerca de 750 mil civiles, escasean los alimentos, los medicamentos y otros productos básicos, advirtió la ONU.