En un episodio que los gremios consideraron “un allanamiento” y “un apriete” y los docentes señalaron como “inédito”, el intendente de la Municipalidad de General Pueyrredon, Carlos Arroyo, llegó ayer por sorpresa a la Escuela Secundaria 205, de Mar del Plata, acompañado de seis funcionarios municipales y dos policías armados –una de las cuales ingresó al establecimiento–. La directora, Sandra Spirito, contó a este diario que Arroyo llegó “intempestivamente” a su oficina y le pidió ver los “estados administrativos necesarios” para tramitar los títulos de los egresados. Spirito vinculó la visita sorpresiva con un reclamo que ella y las autoridades de otras tres escuelas municipales realizan infructuosamente desde diciembre: tener acceso a Internet en los establecimientos, para poder cumplir con la disposición provincial de 2015 según la cual la carga de datos y la tramitación de los títulos de los egresados debe ser realizada enteramente online.
La reunión sorpresa sólo se interrumpió cuando representantes de representantes del Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) y el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) golpearon la puerta de la Dirección para pedir participar. Arroyo, como quedó registrado en un video que se viralizó por redes sociales, salió para decir “yo no quiero que participen”, “yo soy el patrón” y “vine a controlar”. Luego, el intendente volvió a entrar a Dirección y echó llave a la puerta. La reunión se extendió hasta pasado el mediodía, cuando Arroyo y su equipo se retiraron entre gritos de repudio de docentes de esa y otras escuelas y padres de alumnos. Por la tarde, el Municipio emitió un comunicado para asegurar “que bajo ningún aspecto dicha visita fue parte de una intervención” sino que se trató de “conocer el estado administrativo de la Institución”.
Arroyo llegó al lugar acompañado por la secretaria de Educación, Ana María Crovetto, la subsecretaria, Susana Rivero, la directora coordinadora, Eleonora Sasso, el jefe de prensa del municipio y un asistente del área. El día anterior, en los medios marplatenses se había conocido que Spirito y las autoridades de las escuelas municipales 204, 207 y 210 pedían reunirse con Crovetto desde el año pasado pero que no eran recibidas por ella, ni tampoco por el intendente.
Spirito dijo a este diario que, como en la escuela no hay conexión, hace desde su casa “las tareas administrativas de la escuela, pero los títulos no puedo hacerlos así, hay documentos importantes que no corresponde sacar de la escuela”. En su comunicado, el Municipio señaló que “ante las dificultades que la escuela tenía para el sistema online de gestión de títulos” el año pasado “se les ofreció las computadoras de la Secretaría de Educación”, pero que “ante una negativa de la directora en el traslado de la documentación, se les comunicó en el día de ayer que los libros iban a ser trasladados en vehículo municipal y que permanecerían a resguardo en la propia sede de Educación”.
“El intendente incurrió en varios errores”, dijo a este diario Susana Aranguren, secretaria adjunta de Suteba en Mar del Plata, quien estuvo en el lugar junto con su par de STM, Alejandra Ayek. “No sólo no permitió la entrada de los gremios a la reunión, cuando la docente tiene derecho a estar representada. En segundo lugar, cerró la puerta con llave, de modo que la está privando de su libertad. En tercero, el intendente pide papeles que corresponden a una escuela, son cuestiones que competen a un supervisor. Hay un mecanismo establecido para eso, él no puede hacer eso. Y la otra cuestión es que el protocolo de las escuelas públicas impide que entre un policía armado a la escuela”, detalló Aranguren. A última hora de ayer, los dirigentes de Suteba se encontraban reunidos con el área jurídica del sindicato para evaluar la posibilidad de iniciar acciones legales contra el intendente.