Nilda “Tununa” Mercado, escritora, traductora y periodista cordobesa, se la tenía guardada. Ya habían desfilado dos premiados -Cristina Barnils en danza y el arquitecto Antonio Antonini- cuando la anuncian para recibir su galardón. Escuchó a su presentadora María Negroni hablar de su compromiso feminista y militante, y luego pasó ella. “Agradezco a Milagro Salas, luchadora, presa política de Morales y de Macri. No tengo más que decir”, disparó, escueta y contundente. Una ovación inesperada y duradera vistió de desahogo y sorpresa el Teatro Nacional Cervantes, frente a una minoría silenciosa que no sabía cómo reaccionar ante la afrenta, mientras la noche seguía su curso.
No hubo respiro. Tras la patriada de Mercado, cinco mascareros de Campo Durán, Salta, subieron a escena a recibir sus premios en el rubro artesanías. Lucían nerviosos, levantaron bien alto sus máscaras rupestres y saludaron en chané. Uno evocó al General San Martín y a Jesús, otro contó que era la primera vez que venía a Buenos Aires, y el último en tomar la palabra (Leonardo Saravia) exigió, por enésima vez, que se le reconozcan a su comunidad el título de las tierras que le corresponden de hecho y por derecho. “Están invadiendo nuestro territorio y nosotros lo único que pedimos es el título de propiedad comunitaria de las tierras”, pidió el maestro mascarero de la comunidad tutiati chané. Los aplausos se hicieron sentir fuerte, otra vez.
En efecto, los premios trayectoria Fondo Nacional de la Artes 2019, cuya ceremonia tuvo lugar anoche, no escaparon al clima de época que se vive en la sociedad argentina desde que el aplastante triunfo de Alberto y Cristina en las PASO torció el timón neoliberal. Y ya no queda reducto, casi, en el que no se cuele tal sensación por los poros. En esa senda también se inscribió la diatriba de Eduardo Balán, hombre forjado al calor del arte callejero, y a la sazón elegido para recibir el laudo en el rubro “Arte y transformación social”.
“Tanto la democracia participativa como el capitalismo están edificados sobre un equívoco terrible que es creer que la humanidad avanza a partir de que pueda organizar la competencia, pero está probado que no es necesario competir para hacer cosas hermosas, solo basta con que varias personas se pongan de acuerdo. Hay una diferencia muy notable entre competir y colaborar. Para competir tengo que hacer perder al otro; para colaborar, todo lo contrario, tengo que lograr que el otro esté feliz. La competencia no puede ser el paradigma organizador de ninguna comunidad”, se despachó el creador de El Culebrón Timbal, agrupación artística devenida en Escuela Cultural y Comunitaria.
El FNA también reconoció las trayectorias de Marta Minujín en artes visuales, Diana Cabeza en diseño, Jorge Goldenberg en guión, Graciela Galán en teatro y Josefina Piana en patrimonio, quienes, junto a los nombrados arriba, recibirán $150 mil en forma de reconocimiento material. El evento, que también contó con un homenaje a la coreógrafa Ana Itelman a treinta años de su muerte, tuvo otro alto pico de emotividad cuando se conoció el nombre del ganador del Gran Premio, que este año tocaba al rubro música: Jorge Fandermole.
“Cuando apareció el nombre de Fander para el premio, a muchos se nos hizo un agujero acá, en el pecho… te pertenece todo nuestro amor”, enmarcó Marcelo Moguilevsky, director del área música. Y siguió el premiado, visiblemente conmovido: “Agradezco al FNA por lo que hace, sobre todo para expresiones artísticas alejadas de Buenos Aires. Yo mismo fui beneficiario de un programa de apoyo que me permitió terminar un repertorio con el que hice mi primer disco de producción independiente (Pájaros de fin de invierno, 1983). Agradezco también a los creadores del cancionero popular argentino y latinoamericano, a los intérpretes que embellecen mis canciones, y a las experiencias artísticas compartidas”, expresó el cantautor y docente de Pueblo Andino, Santa Fe.
Luego encaró con su guitarra una hermosa versión de “Canto versos” hasta que la noche cerró sus fauces y el músico se sumó a los nombres de Ariel Ramírez, Enrique Cadícamo, Tita Merello, Adolfo Aristarain, Eduardo Falú, Horacio Salgán, León Benarós y Roberto “Tito” Cossa, entre otros premiados históricos e imprescindibles para la cultura nacional y popular.