En un fallo histórico, el Tribunal Supremo del Reino Unido consideró ilegal la decisión del primer ministro británico, Boris Johnson, de suspender el Parlamento durante cinco semanas. Por decisión unánime el Supremo resolvió que la suspensión de las cámaras, adoptada por el líder "tory" el pasado agosto, fuera considerada "nula" y la dejó "sin efecto", según informó la presidenta del Tribunal, Brenda Hale. En consecuencia, el Parlamento retomará sus funciones mañana. Johnson dijo que "respetará" esta decisión pero mantuvo su intención de salir de la Unión Europea (UE). Ni lerdo ni perezoso, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, pidió su renuncia y que se llame a nuevas elecciones.

El panel de magistrados valoró que el asesoramiento de Johnson a la reina Isabel II, jefa de Estado, para proceder al cierre parlamentario, no se ajustó a la legalidad. "Este tribunal concluye que la decisión de aconsejar a Su Majestad que suspendiera el Parlamento fue ilegal porque tenía el efecto de frustrar o impedir la capacidad del Parlamento de llevar a cabo sus funciones constitucionales sin una justificación razonable", afirmó Hale. Las dos cámaras de Westminster quedaron clausuradas al término de las sesiones del pasado 9 de septiembre hasta el 14 de octubre, cuando estaba previsto que la reina Isabel II inaugurase un nuevo curso parlamentario al leer la agenda del Gobierno de Johnson.

Al leer su dictamen, la presidenta del Supremo subrayó que esta suspensión prolongada de la democracia parlamentaria se produjo en circunstancias bastante excepcionales: el cambio fundamental que iba a producirse en la Constitución del Reino Unido el 31 de octubre, fecha prevista para la salida de la Unión Europea (UE). "El Parlamento, y en particular la Cámara de los Comunes como representantes electos de los ciudadanos, tienen el derecho a tener voz en cómo se produce ese cambio. El efecto sobre los fundamentos de nuestra democracia fue extremo", remarcó la jueza. De esta manera el Tribunal respondió al argumento que había esgrimido Johnson para proceder al “cierre” del Parlamento, cuando manifestó que precisaba de ese tiempo para poder elaborar la nueva agenda legislativa de su Ejecutivo.

Los once jueces de la máxima instancia judicial del país tenían que examinar dos recursos diferentes: del Tribunal Superior de Londres, que determinó que la cuestión era de competencia política, y de la Corte de Apelación de Escocia, que consideró ilegal la medida adoptada por el jefe de Gobierno. Los demandantes reprocharon a Johnson que adoptara una estrategia para impedir al Parlamento bloquear sus planes sobre una retirada sin acuerdo de la UE. En el primero de los recursos, presentado por la activista anti "brexit" Gina Miller, secundada por el exprimer ministro conservador John Major, se alegó que la duración excepcional del periodo de suspensión era, en este caso, una "clara prueba de que el motivo del primer ministro era silenciar al Parlamento" al verlo como un "obstáculo" para avanzar hacia sus objetivos políticos. Frente a esta querella (presentada ante el Tribunal Superior y recurrida ante el Supremo por Miller), la defensa de Johnson mantuvo que la suspensión de las cámaras es su prerrogativa y una decisión "inherente y fundamentalmente política por naturaleza" sobre las que no debería interferir la Justicia. En cuanto al segundo recurso, en Escocia, un grupo de 75 parlamentarios, encabezados por la diputada del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Joanna Cherry, alegó que la suspensión parlamentaria respondió a "motivos espurios" destinados a evitar el escrutinio de las cámaras.

Desde Estados Unidos, donde se encuentra participando de la Asamblea General de la ONU , Boris Johnson afirmó que su Gobierno "respetará" el fallo del Tribunal Supremo. "Lo importante es que continuemos y ejecutemos el 'brexit' el 31 de octubre", agregó Boris Johnson, y recalcó que espera obtener un buen acuerdo de retirada con Bruselas, aunque opinó que el dictamen del Supremo "no facilita" la obtención de ese pacto.

Como si ya estuviera en plena campaña electoral, el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, pidió a Johnson que "reconsidere su posición" al frente del Gobierno y renuncie. “Podría convertirse en el primer ministro con menos tiempo en el gobierno que haya existido", afirmó el socialdemócrata en una intervención especial durante el congreso laborista que se está desarrollando en Brighton (sur inglés). "Esta crisis solo puede resolverse con unas elecciones generales", afirmó y remarcó que su prioridad y la de la mayoría del Parlamento es evitar que el país salga del bloque europeo sin pacto. También sostuvo que pedirá la reanudación inmediata de las sesiones parlamentarias. En el mismo sentido se manifestó el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow: "doy la bienvenida al fallo del Tribunal Supremo de que la suspensión del Parlamento fue ilegal. Los jueces han rechazado la afirmación del Gobierno de que cerrar el Parlamento durante cinco semanas era simplemente una práctica normal a fin de permitir un nuevo discurso de la Reina (programa del Ejecutivo)", añadió. El Presidente de la Cámara baja comunicó a los medios que consultará a los líderes de las formaciones políticas los pasos a seguir "con la mayor urgencia posible".